Gracias a las reiteradas peticiones y a la acción decisiva de nuestro presidente, los altos costes por itinerancia y las facturas exorbitantes de las llamadas telefónicas internacionales ya son cosa del pasado.

La protección de la privacidad fue otra batalla que asumimos y hemos conseguido revisar e introducir mejoras a la legislación sobre la protección de los datos personales. Establecer normas internacionales de protección de datos les daría a los ciudadanos y las ciudadanas de la Unión Europea más control sobre sus propios datos personales y mejoraría su seguridad, tanto en internet como fuera. A la luz del escándalo de Facebook/Cambridge Analytica, y ante muchos otros casos de violaciones de la privacidad y robo de identidad en internet, adoptamos también una postura firme sobre la cuestión de la privacidad individual en la era digital. El Grupo S&D lideró el debate y movilizó a una amplia mayoría parlamentaria para apoyar una Resolución firme que pedía medidas para proteger las privacidad de los ciudadanos y las ciudadanas.

El Grupo S&D cree que la ciberseguridad es un tema real al que se enfrentan las autoridades y los servicios públicos, así como las grandes empresas y los ciudadanos, y hemos trabajado muchísimo para lograr medidas que la refuercen.

También hemos liderado el camino para garantizar que los denunciantes reciben la protección que necesitan en Europa.

El Grupo S&D generó el empuje para revisar los derechos de autor en el entorno digital y luchamos por un enfoque que equilibrara justamente los muchos intereses que estaban en riesgo: consumidores, consumidoras, autores e intérpretes, la cultura europea y la libertad de expresión en la web.

Por último, pero no por ello menos importante, hemos acabado con el geobloqueo injustificado y con otras formas de discriminación que se basen en la nacionalidad de los consumidores y las consumidoras digitales o en su lugar de residencia.