La movilidad debe avanzar. Debe sufrir una profunda transformación en muchos aspectos para abrazar el futuro. Nosotros y nosotras, los Socialistas y Demócratas, recibimos con agrado la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente, que se esperaba desde hace mucho y que ha presentado hoy la Comisión Europea. Pretende crear un marco de coordinación de más de 80 iniciativas en el ámbito de la movilidad; la Comisión Europea ha prometido lanzarlo antes de que concluya esta legislatura.

 

El coordinador del Grupo S&D en la comisión de Transporte, Johan Danielsson, comentó:

 

“Es una estrategia importante y que se esperaba desde hace mucho, que finalmente se presenta. Debemos lograr que el sector del transporte sea sostenible de cara a alcanzar nuestro objetivo de ser neutrales respecto al clima en la Unión Europea en 2050.

 

“Necesitamos un cambio modal de la carretera al ferrocarril y las vías navegables. Es más seguro, más barato y más limpio. Pero no basta, y debemos conseguir que todos los medios de transporte sean sostenibles. Por lo tanto, estoy contento de que la estrategia incluya propuestas sobre combustibles sostenibles alternativos tanto para la aviación como el sector marítimo.

 

“Me alegra que nuestras propuestas –de los Socialistas y Demócratas– sobre los derechos del consumidor y la creación de un fondo de garantía de viaje en la Unión Europea se incluyan en la estrategia. No podemos seguir forzando a los consumidores y las consumidoras a rescatar a aerolíneas y empresas de viajes.

 

“Sin embargo, me hubiera gustado que hubiera propuestas más firmes sobre los derechos de los trabajadores. Debemos asegurarnos de que el futuro del transporte también garantice buenas condiciones laborales para los 10 millones de trabajadores y trabajadoras del sector en Europa. Será una prioridad para mí, en esta estrategia, pero también en todas las propuestas que están por venir y que se mencionan en la misma”.

 

El vicepresidente del Grupo S&D responsable de Transporte, Ismail Ertug, afirmó:

“Cualquier valoración no podría realizarse más que desde la necesidad de afrontar el mayor desafío de nuestra época: el cambio climático. Queremos que el Pacto Verde sea el proyecto central de la Unión Europea y lograr que la economía de Europa sea neutral en cuanto al clima, que sea innovadora y socialmente más justa. En este sentido, el sector del transporte es todavía responsable de más del 27% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. En 2017, las emisiones eran un 28% superiores a las del año de referencia de 1990, convirtiendo el transporte en la triste luz trasera.

“Por lo tanto, recibimos con agrado el hecho de que con la Estrategia de Movilidad Inteligente y Sostenible, la Comisión Europea aspire a revisar los niveles de CO2 para los vehículos y los camiones y, al mismo tiempo, que la Directiva sobre infraestructuras para los combustibles alternativos sea más ambiciosa. También es el momento de que los sectores marítimo y de la aviación se vuelvan más amigos del clima, incluyendo finalmente a ambos en el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE).

“El segundo pilar de la estrategia tiene la ambición de aprovechar plenamente la digitalización y la automatización con objeto de conseguir que los flujos de tráfico de Europa sean lo más eficientes posible, reduciendo las emisiones y, sobre todo, creando más espacio para la vivienda, espacios verdes, parques infantiles o carriles bicis en nuestras ciudades. Así, la política industrial jugará un papel crucial en este sentido: la carrera internacional por una conducción conectada y automatizada ya está en pleno desarrollo. Si nuestra industria ha de salir más fuerte de esta competencia tecnológica, nos hacen falta normas seguras, que creen confianza y que estén armonizadas en el conjunto de la Unión Europea.

“Sin embargo, la estrategia de la Comisión Europea también tiene varias debilidades, concretamente en lo que respecta a los vehículos de cero emisiones, el transporte ferroviario de mercancías y la dimensión social.

“Como eurodiputados y eurodiputadas del Grupo S&D, supervisaremos, por lo tanto, de manera crítica, los proyectos de la Comisión Europea y, cuando haga falta, exigiremos un mayor nivel de ambición”.

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