Después de 17 horas de difíciles negociaciones, los representantes del Consejo y del Parlamento Europeo finalmente llegaron anoche a un acuerdo. A pesar de la fuerte oposición de algunos Estados miembros de la Unión Europea, la negociadora del Grupo S&D, Simona Bonafè, garantizó que el Paquete de Residuos, tal y como lo propuso la Comisión Europea, no se debilitará.
Simona Bonafè afirmó:
“Han sido unas negociaciones muy difíciles y existió el riesgo de que un umbral mínimo de Estados miembros pudiera rechazar todo el paquete; así es que durante horas presionamos por el mejor acuerdo posible. Hemos garantizado un objetivo común de la Unión Europea de reciclar el 65% de los residuos municipales; un objetivo común de la Unión Europea de reciclar el 55% de los residuos de envases de plástico antes de 2030; y un objetivo obligatorio de vertederos para reducirlos a un máximo del 10% de los residuos municipales, antes de 2035, esto es, cinco años después de lo que recogía la propuesta original.
“Sin embargo, el logro más importante es la simplificación y la mejora de las definiciones y los métodos armonizados para el cálculo de los índices de reciclaje. Ahora mismo, los Estados miembros usan criterios distintos y, por lo tanto, es muy difícil garantizar el cumplimiento.
“Las medidas que se acordaron anoche avivarán de hecho un transición real hacia una economía circular de cero residuos que nos beneficiará a todos: ciudadanos y ciudadanas, empresas y también al medio ambiente. Un modelo económico que sea ético y sostenible es posible, y nuestra labor como políticos es allanar el camino hacia el mismo.
“El paquete incluye una jerarquía de residuos, lo que significa que el esfuerzo principal de los Estados miembros debe situarse en la prevención de residuos. De hecho, por primera vez en cualquier norma legislativa de la Unión Europea, existe la obligación de reducir los residuos de alimentos y la basura marina, en línea con el objetivo de reducción del 50% recogido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. De esta forma, reduciremos aproximadamente 89 millones de toneladas de residuos de alimentos que cada año generamos nosotros, en la Unión Europea, lo que supone unos 180 kilos por persona”.
La vicepresidenta de Sostenibilidad del Grupo S&D, Kathleen Van Brempt, afirmó:
“Los negociadores han llegado a un equilibrio muy delicado entre objetivos ambiciosos y flexibilidad pragmática para que los Estados miembros los adapten porque la situación en cada países de la Unión Europea es muy distinta.
“Recibimos con agrado el hecho de que, por primera vez, habrá un techo para vertederos. Ahora mismo, más de una cuarta parte de los residuos municipales acaban en vertederos y menos de la mitad se reciclan; así es que ahora los Estados miembros dispondrán de las herramientas económicas para desincentivar esta práctica.
“Otra novedad importante es la introducción de un requisito obligatorio mínimo de sistemas de responsabilidad ampliada del fabricante. Los fabricantes tendrán que asumir la responsabilidad de recoger o retirar los productos que ya se hayan utilizado, y también de la clasificación y el tratamiento para su reciclaje.
“Si queremos llegar a una economía que sea verdaderamente circular, no debemos enfocarnos solo en los factores impulsores y la etapa de residuos de los materiales, sino también en el ciclo de supra reciclaje y nueva fabricación. Por lo tanto, las políticas tradicionales de reciclaje tienen que complementarse con políticas de fabricación y reelaboración que mantengan los materiales valiosos de gran calidad en circuitos cerrados, creando un mercado a nivel de la Unión Europea para el reciclaje de gama alta. Esa clase de instrumentos orientados a la producción basada en el mercado deben formar parte de la próxima Estrategia para el Plástico que la Comisión Europea anunciará en enero.
“También esperamos que la Comisión Europea presente su propuesta de ecodiseño de forma que concluyamos la legislación y avancemos hacia una economía sostenible y humana en la que no se desperdicien los recursos”.
