Los eurodiputados y eurodiputadas del Grupo S&D han expresado hoy su decepción por el acuerdo alcanzado por los ministros de Finanzas de la Unión Europea en relación con el intercambio automático de información sobre las resoluciones fiscales entre los Estados miembros de la Unión Europea.
 
La portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del Grupo S&D, Elisa Ferreira, dijo:
 
“Es muy lamentable que el Consejo haya debilitado la propuesta de la Comisión Europea. Esta propuesta ya era el mínimo absoluto en términos de transparencia de las resoluciones fiscales y era incapaz de ocuparse de la magnitud del escándalo LuxLeaks (filtraciones de Luxemburgo), cuando un consorcio internacional de periodistas desvelaron que se ofrecieron acuerdos secretos en Luxemburgo a más de 300 grandes empresas para reducir su factura fiscal.
 
“La decisión de negar a la Comisión Europea acceso a los contenidos de las resoluciones que intercambien los Estados miembros y a limitar su posición en el control de la aplicación de la Directiva va absolutamente en contra de la propia esencia de la transparencia que es necesaria en este asunto y del espíritu europeo. La Comisión Europea tiene que estar en el centro de esa agenda. Hemos visto lo que sucede, cuando se limita la transparencia, con la experiencia del Grupo sobre el Código de Conducta que se ha creado dentro del Consejo”.

El eurodiputado belga y portavoz del Grupo S&D para resoluciones fiscales, Hugues Bayet, añadió:
 
“En los últimos meses, las cosas han evolucionado en la dirección correcta, pero el Consejo no ha avanzado lo bastante. Debemos seguir atentos y no quedarnos satisfechos con medidas que serían solo cosméticas.
 
“Deben analizarse y verificarse todas las resoluciones de las multinacionales, sin excepción. El Consejo Europeo propone excluir los acuerdos fiscales de más de cinco años, lo cual no tienen sentido.
 
“Los dictámenes solo son efectivos si hay sanciones. Sin embargo, el Consejo rechaza cualquier sanción.
 
“No se puede ser juez y jurado. El Consejo desea ser la institución de referencia para comprobar y regular los rescriptos fiscales. Ahora, le toca a la Comisión Europea asumir ese papel para garantizar más equidad.
 
“Debemos recordar que las multinacionales son las únicas que ganan con la competencia fiscal que el país consiente. Los ciudadanos y los Estados son siempre los perdedores. Hace falta regular las prácticas de la planificación fiscal de las multinacionales para que participen en desarrollo de la comunidad”.