Hoy el Parlamento Europeo ha apoyado el acuerdo final con el Consejo de la Unión Europea sobre la reforma del mercado interior de la electricidad. Los Socialistas y Demócratas han desempeñado un papel crucial a la hora de garantizar que la reforma promoverá la producción de energía limpia mientras aborda la pobreza energética entre los grupos más vulnerables de Europa, permitiendo que haya tarifas de energía social.

La eurodiputada Martina Werner, que es la negociadora del Grupo S&D en el Reglamento y la Directiva sobre el diseño del mercado de la electricidad, afirmó:

“Nuestra prioridad era allanar el camino a la transición hacia una economía neutral de carbono. No podemos seguir subvencionando centrales de carbón contaminantes y pretender ser serios en la lucha contra el calentamiento global. En cambio, ese dinero debe utilizarse en inversiones de energías renovables, redes y medidas que aporten flexibilidad al sistema energético. Por eso, eliminaremos progresivamente los subsidios al carbón a partir de 2025.

“La Norma de Emisión establece un límite de 550g que se aplicará a las nuevas instalaciones que generen electricidad a partir de su entrada en vigor y a las instalaciones actuales a partir del 1 de julio de 2025.

“En segundo lugar, hemos pretendido una protección firme de los consumidores y las consumidoras frente a las prácticas abusivas de mercado. Las disposiciones sobre los mecanismos de resolución de litigios extra judiciales serán obligatorias, de forma que cuando los consumidores y las consumidoras tengan problemas con sus suministradores no estén obligados a acudir a los tribunales y pasar por procedimientos caros y largos”.

El eurodiputado del Grupo S&D Flávio Zanonato, que es el autor del informe parlamentario sobre la preparación para riesgos en el sector eléctrico, dijo:

“El mercado eléctrico europeo ya está integrado; pero la legislación tiene que actualizarse de forma que promueva el valor añadido de la Unión Europea a esa conectividad e interdependencia, especialmente en momentos de crisis. Incluso si los mercados y los sistemas funcionan bien, una crisis eléctrica puede iniciarse por una variedad de motivos, como condiciones climáticas extremas o simplemente una escasez de combustible.

“Además, cuando surge una crisis, afecta con frecuencia a los países vecinos. Por eso, tuvimos que cerrar la brecha reguladora. Ahora estamos introduciendo el principio obligatorio de solidaridad y cooperación entre los Estados miembros en momentos de crisis eléctricas. Con esta finalidad, hemos presionado por normas comunes sobre la prevención de riesgos y herramientas para garantizar la cooperación transfronteriza, así como la gestión de las situaciones de crisis que afecten a la electricidad.

“En relación con la seguridad de los indicadores de suministro y las evaluaciones de riesgo, los Estados miembros mantendrán la posibilidad de desarrollar sus propias evaluaciones de riesgo. Sin embargo, ello debe realizarse con una metodología que sea homogénea. Los planes nacionales y regionales de evaluación de riesgos, de hecho, deben ser interoperables para que sean efectivos en cualquier momento de crisis”.

El eurodiputado Miroslav Poche, que es el negociador del Grupo S&D en el informe sobre la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER, por sus siglas en inglés), añadió:

“La Agencia se reforzará para que pueda cumplir adecuadamente con sus obligaciones. También mejorará su capacidad a la hora de garantizar una cooperación efectiva y equilibrada con las autoridades reguladoras nacionales, así como su capacidad de identificar posibles incumplimientos de las obligaciones”.