Los Socialistas y Demócratas piden que se implementen estándares y normas mínimas, incluyendo una prohibición de las donaciones extranjeras destinadas a actividades políticas, en todos los Estados miembros de la Unión Europea. Hay que reducir los flujos oscuros de dinero, mejorar la transparencia y evitar que actores extranjeros como Rusia interfieran en las elecciones y las campañas de referéndum en Europa.

Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D reciben con agrado el documento de trabajo sobre la financiación encubierta de actividades políticas por parte de donantes extranjeros, que se ha presentado hoy en la comisión especial sobre injerencia extranjera en todos los procesos democráticos en la Unión Europea, incluyendo la desinformación (comisión INGE). 

¡La democracia europea no está a la venta! Apunta la fecha del seminario web del Grupo S&D sobre este tema, el miércoles, 24 de marzo.

 Andreas Schieder, eurodiputado del Grupo S&D y negociador en la comisión especial INGE, afirmó: 

“En los últimos años, hemos visto muchos intentos por parte de actores extranjeros, que frecuentemente era Rusia, de desestabilizar nuestros procesos democráticos mediante la financiación directa o indirecta de los partidos políticos. Independientemente de si afecta al FPÖ (Partido de la Libertad de Austria, por sus siglas en alemán) de Austria, a Rassemblement National (Agrupación Nacional, por sus siglas en francés) de Francia, a la campaña del Brexit o a la Liga de Italia: Rusia siempre sigue la misma estrategia. Busca deliberadamente partidos de extrema derecha con objeto de reclutar actores dentro de la Unión Europea que le ayuden a reforzar su propia posición en Europa. A cambio, la extrema derecha de Europa puede contar con líneas muy generosas de crédito, o con contribuciones a campañas procedentes de Rusia.  

“Es posible porque Rusia y otros actores se benefician del hecho de que las legislaciones electorales de la Unión Europea no están armonizadas. Se aprovechan de muchas lagunas para encubrir dinero extranjero, como la financiación mediante intermediarios, fundaciones, empresas ficticias o la financiación de anuncios políticos en internet o en medios de comunicación. Debemos cerrar esas lagunas jurídicas. Hay que establecer estándares mínimos de transparencia para todos los partidos de Europa y limitar las donaciones extranjeras a los mismos o, en última instancia, prohibirlas. Particularmente, como se ha sugerido con acierto en el documento de trabajo de la comisión INGE, debemos prohibir que las sociedades ficticias realicen financiación a partidos, dado que ocultan su ubicación geográfica y el origen de la financiación. Finalmente, también tenemos que limitar el gasto de las campañas políticas de cara a reducir la influencia de las grandes donaciones”.

Pierfrancesco Majorino, coordinador del Grupo S&D en la comisión especial INGE, añadió:

“Hay un nivel opaco –diría que casi oculto– de utilización de fondos y recursos que debemos desenmascarar a todos los escalafones. Estoy convencido del hecho de que el entorno político y las instituciones han estado mal preparados en los últimos años ante la injerencia procedente del exterior de la Unión Europea, y concretamente de Rusia. Por eso creamos la comisión especial INGE, y es esencial que sigamos trabajando de cara a presentar recomendaciones concretas.  

“Debemos armonizar las distintas legislaciones nacionales. El hecho de que cada país actúe de forma distinta, o tenga normas diferentes de financiación política, deja margen a aquellos que desde fuera quieren interferir y promover sus intereses, y debilitar la unidad europea.

“El Grupo S&D está muy decidido a trabajar para defender nuestra democracia europea frente a cualquier intento de manipulación exterior. Porque la democracia es la voluntad de la gente y no la voluntad del dinero extranjero de oscura procedencia”.

Nota para los redactores:

Según los hallazgos que han compartido los expertos con la comisión INGE, Rusia, China y otros regímenes autoritarios han canalizado más de 300 millones de dólares en 33 países, en la última década, con la finalidad de interferir en procesos democráticos en más de 100 ocasiones.

Eurodiputados que participan
Jefe de delegación
Miembro
Austria
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