Los Socialistas y Demócratas están decepcionados porque el pleno haya votado a favor de la aprobación de la gestión del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) para 2020 por una escasa mayoría. Ello demuestra que muchos miembros del Parlamento Europeo siguen sin estar convencidos de que la alta dirección de la institución gastara su presupuesto de 2020 siguiendo estrictamente las normas éticas y los principios de buena gestión financiera que se esperan del Tribunal. El Grupo S&D apoyó de forma unánime el informe de la comisión de control presupuestario donde su autora, la eurodiputada del Grupo S&D Isabel García Muñoz, recomendó posponer la decisión final a otoño de este año, dado que el comportamiento que se vio en 2020 por parte de algunos de sus miembros, y especialmente de su presidente, es inaceptable.
Isabel García Muñoz, eurodiputada del Grupo S&D y negociadora del Parlamento Europeo sobre la aprobación de la gestión del TCE para 2020, dijo:
“La conciencia de nuestro grupo es clara: consideramos que el Tribunal de Cuentas Europeo no pasa el examen de la aprobación de la gestión de 2020. Eso no significa que dudemos de la profesionalidad y la integridad de los auditores, que hacen un gran trabajo en la protección de los intereses financieros del dinero de los contribuyentes europeos. Sin embargo, lamentablemente hemos visto que algunos comportamientos de los miembros del TCE y, en particular, de su presidente, que es antiguo miembro del PPE (Partido Popular Europeo), no han estado a la altura de los elevados estándares que esperamos del Tribunal. El Grupo S&D también está sorprendido de que otros grupos políticos hayan cambiado su posición con respecto a la votación en la comisión, y espera que no se deba a la fuerte presión ejercida por los miembros del Tribunal hasta horas antes de la votación de hoy.
“Nos complace ver las reformas que se están llevando a cabo en la institución a raíz de las recomendaciones incluidas en mi informe, que establecen normas claras sobre la gestión financiera, la transparencia y la conducta ética: resolverán muchos de los problemas que había en 2020 y ayudarán a rehabilitar la reputación de la institución frente a la opinión pública. Espero que a partir de ahora los miembros del TCE, y en particular su presidente, trabajen y estén a la altura de los elevados estándares que todos los europeos y europeas esperan del Tribunal”.
