Hoy, el plenario del Parlamento Europeo acordará normas más estrictas para la exportación de productos de doble uso, que pueden utilizarse tanto con fines civiles como militares. Hasta ahora, las restricciones a las exportaciones se han aplicado al material aeroespacial, los instrumentos de navegación o los camiones. A partir de ahora, estas normas también se aplicarán a las tecnologías de cibervigilancia que se fabriquen en la Unión Europea, dado que se ha demostrado que los regímenes autoritarios se han servido de las mismas para espiar a movimientos de la oposición; por ejemplo, durante la Primavera Árabe, en Turquía o China, o más recientemente en Myanmar.

Reaccionando a las nuevas normas, el negociador del Grupo S&D para los productos del doble uso y presidente de la comisión de Comercio del Parlamento Europeo, el eurodiputado Bernd Lange, afirmó:

“Las empresas europeas no deben ser cómplices de regímenes autoritarios que violan los derechos humanos y oprimen a la gente. Por lo tanto, la inclusión de la tecnología de cibervigilancia en las normas de control de las exportaciones de los productos de doble uso es un avance para los derechos humanos en el comercio, que se esperaba desde hace mucho tiempo. Los avances tecnológicos, los nuevos desafíos de seguridad y sus riesgos demostrados en la protección de los derechos humanos requieren una acción más decidida y normas armonizadas en el control de las exportaciones de la Unión Europea. Hemos presionado para superar seis años de bloqueo de los gobiernos de la Unión Europea. Gracias a la fuerza del Parlamento Europeo, a los regímenes autoritarios les resultará ahora mucho más difícil abusar de los instrumentos de ciberseguridad fabricados en la Unión Europea, el software biométrico o las búsquedas de big data con la finalidad de espiar a los defensores de los derechos humanos y a activistas de la oposición.

“Nuestro mensaje es claro: los intereses económicos no deben anteponerse a los derechos humanos. Los exportadores deben tener una mayor responsabilidad y aplicar la diligencia debida de cara a garantizar que sus productos no se utilicen para violar los derechos humanos. También hemos conseguido mejorar la transparencia insistiendo en que se enumeren en más detalle las exportaciones dentro del informe anual de control de las exportaciones, lo cual dificultará más ocultar productos que sean sospechosos. 

“El nuevo Reglamento de doble uso, junto a las normas sobre los minerales procedentes de zonas de conflicto y las normas que se adoptarán pronto en relación con la diligencia corporativa debida, están creando un nuevo criterio de referencia sobre los derechos humanos en la política comercial de la Unión Europea. Queremos que la Unión Europea lidere internacionalmente un comercio que se base en normas y valores. Estas políticas muestran que podemos gestionar la globalización para proteger a las personas y el planeta”.

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