A medida que Europa sigue embarcada en la transición digital, el Grupo S&D ha identificado varios ámbitos clave que requieren una atención y actuación especiales. Estos ámbitos abarcan desde la protección de las personas que trabajan para plataformas como Uber hasta la imposición de las grandes empresas tecnológicas como Google y Facebook.
En los siguientes apartados, analizaremos cada uno de estos puntos, exponiendo los retos y las oportunidades que plantean, y las recomendaciones políticas específicas presentadas por el Grupo S&D para abordarlos.
Le remitimos al documento de posición completo (en) para obtener una visión más exhaustiva de los temas enumerados a continuación y otros asuntos.
Tenemos que garantizar que la revolución digital no deje a las personas trabajadoras atrás. Las nuevas formas de empleo, como el trabajo en plataformas, deben priorizar un mejor equilibrio entre la vida profesional y la vida privada, cerrando la brecha salarial de género, así como proporcionar entornos de trabajo seguros. Esto puede lograrse mediante una mejora de las condiciones de trabajo, el establecimiento de salarios mínimos y el fomento de una sólida negociación colectiva, con la participación activa de los interlocutores sociales de toda la UE y la ejecución del número de seguridad social europeo (ESSN).
El dumping social es un problema serio que tiene profundas consecuencias tanto para los trabajadores y trabajadoras como para las empresas. Cuando las empresas se aprovechan de las diferencias en cuanto a normas sociales entre países para obtener una ventaja competitiva, crean una desigualdad de condiciones que puede dar lugar a un declive en las normas y las condiciones de trabajo. Esto no solo perjudica a los trabajadores y trabajadoras que padecen unas condiciones deficientes sino que también ejerce presión sobre las empresas que desean mantener unos estándares adecuados pero tienen dificultades para competir con aquellas que no lo hacen. Es fundamental que adoptemos medidas legales y reglamentarias firmes para evitar el dumping social y acabar con la “carrera a la baja”. Con ello, podremos garantizar que los trabajadores y trabajadoras reciban un trato justo y que las empresas puedan competir en igualdad de condiciones al tiempo que se mantienen elevados niveles de responsabilidad social.
Debemos estar atentos a la inteligencia artificial (IA). La Unión Europea debe tomar medidas para garantizar que se respeten nuestros valores y que la IA se utilice de un modo responsable y seguro. Necesitamos unas normas claras y sólidas para garantizar la equidad y la transparencia en el desarrollo y el uso de la IA.
Nadie debería tener que sacrificar sus derechos fundamentales en beneficio de los avances tecnológicos. Es por ello que debemos exigir que la IA de alto riesgo se someta a una evaluación exhaustiva para detectar sesgos y discriminación, y, en caso de que plantee un riesgo para nuestros derechos, deberá prohibirse. Tendrán que establecerse en todo momento requisitos de supervisión humana y transparencia para garantizar que la IA se utilice de manera ética y responsable. El uso de la IA en el lugar de trabajo debe estar sujeto a una reglamentación firme que proteja los derechos y la dignidad de los trabajadores y trabajadoras y en ningún caso puede dar lugar a la explotación o la vigilancia del rendimiento de los trabajadores/as. Cualquier trabajador o trabajadora que se haya visto perjudicado/a por el uso de la IA debe tener derecho a buscar una reparación y obligar a las empresas a rendir cuentas.
En definitiva, debemos anteponer las personas a los beneficios y velar por que la tecnología se utilice de un modo que beneficie a los trabajadores/as y a la sociedad en su conjunto.
El acceso a una conexión a Internet de alta calidad debe considerarse un derecho fundamental en la era digital de hoy. Internet nos ayuda a mantenernos conectados y a acceder a información importante. Sin embargo, no todo el mundo disfruta de igual acceso a Internet debido a factores como su lugar de residencia, sus ingresos y sus capacidades. Esto crea una brecha digital que tenemos que salvar.
Disponer de acceso a servicios públicos digitales es también fundamental. Todo el mundo debería poder utilizar Internet para acceder a los servicios estatales, como el pago de impuestos o la solicitud de prestaciones; no obstante, nadie debería verse obligado a hacerlo, especialmente cuando aún no se ha garantizado una igualdad de acceso. Cuando todo el mundo tenga acceso a estos servicios, podremos crear una sociedad más justa y más igualitaria.
No obstante, disponer de acceso a Internet no significa que tengamos que estar conectados en todo momento. Los empleadores tienen que respetar nuestro derecho a desconectar del trabajo fuera de la jornada de trabajo establecida. Es de suma importancia para nuestra salud física y mental disfrutar de un equilibrio entre la vida laboral y personal.
También es esencial fomentar la educación y formación digitales e invertir en ellas, especialmente ante la aceleración de la digitalización debido a acontecimientos como la pandemia de COVID-19. En el marco del Año Europeo de las Competencias 2023, debería adoptarse una agenda de alfabetización y cualificaciones digitales progresista, y la ciudadanía debería disponer de acceso gratuito a la educación digital para mejorar su alfabetización digital y reciclarse profesionalmente. Asimismo, es muy importante que los nuevos formatos de aprendizaje se ajusten a las necesidades de desarrollo de los niños y niñas, y que, a su vez, los programas de educación digital promuevan la ciudadanía activa, la competencia en materia de medios de comunicación, la IA y la alfabetización en materia de datos. El aprendizaje permanente debería recogerse como objetivo en una estrategia a escala europea destinada a colmar la brecha en las competencias digitales.
Asimismo, la ampliación de los programas y redes de investigación puede impulsar la innovación digital al tiempo que se protege la propiedad intelectual, y el fomento de la educación y la concienciación con respecto a la desinformación puede propiciar una esfera digital pública europea próspera.
Ha llegado el momento de cerrar la brecha de género y garantizar que las mujeres estén mejor representadas en todos los niveles. Tenemos que trabajar para crear un sector digital que promueva la igualdad de género y respalde la participación de las mujeres en la educación digital, especialmente en ámbitos como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Es también importante que todos los géneros tengan igual voz en el diseño, la aplicación, la evaluación y el debate sobre la ética y los principios de las tecnologías impulsadas por IA. Al permitir la intervención de diversas voces en el desarrollo de estas tecnologías, podremos asegurar que se diseñen e implanten de un modo equitativo e inclusivo y que aborde las necesidades e inquietudes específicas de los distintos grupos.
El mundo digital ha generado nuevas oportunidades para que las personas conecten entre sí y compartan ideas, pero también ha facilitado la difusión de contenidos nocivos y comportamientos abusivos. Es imprescindible trabajar para crear un espacio en línea seguro e inclusivo para todas las personas, sin importar su género. Esto exige medidas enérgicas para prevenir y abordar la violencia de género en línea, como la concienciación, la facilitación de recursos y apoyo a las víctimas, y la garantía de una rendición de cuentas por parte de los autores.
En esta era digital, los consumidores merecen ser protegidos y capacitados. Debemos garantizar que los productos que se compran en línea no sean falsos ni estén defectuosos, evitando poner en riesgo la salud y la seguridad de los consumidores. Al proporcionar a los consumidores un mejor control sobre sus datos personales y concienciarles sobre la publicidad “manipuladora”, podemos establecer una igualdad de condiciones y evitar la vulnerabilidad digital.
Es también fundamental que las organizaciones de consumidores puedan emprender acciones legales contra las violaciones de los derechos de los consumidores, de tal manera que el poder recaiga en manos de las personas, no solo de las empresas.
La Ley de Mercados Digitales es un importante acto legislativo cuyo objetivo es aumentar la competencia y la equidad en el mercado digital mediante la regulación de las grandes empresas tecnológicas. No obstante, si bien la Ley de Mercados Digitales supone un paso importante en la buena dirección, por sí sola no bastará para abordar todos los retos a los que se enfrenta el mundo digital. Por tanto, es fundamental seguir explorando y aplicando nuevas políticas y normativas que puedan hacer frente a estos problemas y garantizar un panorama digital más equitativo para todos y todas.
También hemos de investigar las “adquisiciones asesinas” que impiden a las pequeñas empresas competir con las grandes plataformas en línea, así como aplicar nuevas normas y sanciones que realmente sean acatadas por las poderosas empresas tecnológicas. En pocas palabras, debemos asegurarnos de que todo el mundo disfrute de las mismas oportunidades en la economía digital.
No debe permitirse a los gigantes digitales, como Google, Apple, Facebook y Amazon, que se aprovechen de las leyes fiscales concentrando sus beneficios en unas pocas jurisdicciones de baja tributación. Debemos tomar medidas para garantizar que estos gigantes tecnológicos paguen la parte que les corresponde y contribuyan a crear una sociedad más justa y equitativa. La elusión fiscal no solo afecta a los presupuestos nacionales y de la UE sino que también debilita los servicios públicos esenciales y la protección social. Por tanto, es fundamental velar por una pronta y eficaz aplicación de las normas de la OCDE sobre una distribución más justa de los beneficios y derechos impositivos, así como sobre un tipo impositivo mínimo efectivo global del 15%.
A fin de reforzar la competitividad de la industria de la UE, nuestra Unión debe priorizar las inversiones en cadenas de valor clave como las baterías, la microelectrónica, la informática de alto rendimiento, los vehículos autónomos, la salud inteligente, la industria con bajas emisiones de carbono, las tecnologías del hidrógeno, el internet de las cosas industrial y la ciberseguridad. Mientras tanto, la UE también debe destinar recursos a la mejora y la promoción de la agricultura y la pesca sostenibles, que no solo garantizarán la seguridad alimentaria, sino que también generarán oportunidades de empleo y mejorarán el nivel de vida en las zonas rurales y costeras, haciéndolas más atractivas para la juventud.
El Grupo S&D ha desempeñado un papel decisivo para conseguir los siguientes logros y salvaguardias en la legislación recientemente adoptada:
- Prórroga de las normas de itinerancia móvil durante otros 10 años.
- Introducción del derecho a la desconexión.
- Introducción de la presunción legal de empleo en favor de los trabajadores y trabajadoras de plataforma.
- Refuerzo de los derechos de los consumidores en línea.
- Requisito de transparencia y elección en cuanto a los algoritmos de recomendación de contenidos.
- Prohibición de los dark patterns (patrones oscuros) y de los tipos más intrusivos de publicidad dirigida en línea.
- Imposición de normas más rigurosas a las grandes empresas tecnológicas para evitar el abuso de posición dominante.
- Garantía de la interoperabilidad de los servicios de mensajería.
- Enfoque en los trabajadores/as y los grupos vulnerables en la Declaración sobre los Derechos y Principios Digitales de la UE.
- Enfoque en la igualdad de género en la Declaración sobre los Derechos y Principios Digitales de la UE.
El Grupo S&D está trabajando duro para conseguir los siguientes resultados, ya sea en la legislatura actual o en los próximos años:
- Codificar el acceso a Internet y lograr la soberanía de los datos sobre la base de la neutralidad de la red como derecho fundamental universal.
- Proteger la libertad de prensa y promover el pluralismo de los medios de comunicación en línea.
- Garantizar un uso transparente de la IA en la UE respetando plenamente los derechos fundamentales y de conformidad con los valores éticos y democráticos.
- Regular la utilización de la IA en el lugar de trabajo.
- Establecer un marco jurídico uniforme para el teletrabajo.
- Garantizar una mayor participación de las mujeres en la educación, la formación y el trabajo digitales.
- Aumentar la alfabetización digital, especialmente de los grupos vulnerables, como los consumidores, como medio para combatir su explotación.
- Garantizar un enfoque de la UE más firme y más coordinado para un ciberespacio abierto y seguro.
- Actualizar las normas sobre privacidad en línea y prohibir la interceptación y la vigilancia ilegales de las comunicaciones.
- Proteger y capacitar a los niños y niñas y respetar su seguridad en línea.
- Prevenir el uso indebido de las criptomonedas, en concreto la evasión fiscal.
- Garantizar que los mercados en línea sean seguros y asuman la plena responsabilidad por la seguridad de los productos que se compran en línea.
- Velar por la competencia leal en el mercado interior y garantizar su competitividad en el sector digital.
- Establecer los principios de una economía de los datos justa y competitiva en la UE, que respete el interés público, el equilibrio contractual y los derechos existentes.
- Abordar los retos sociales y económicos que plantean las tecnologías emergentes, las realidades virtuales como el metaverso y las nuevas formas de activos digitales.
