“No a los trabajos basura; Sí a la justicia fiscal”, dice el Grupo S&D

Los empleados de McDonalds y otros trabajadores de cadenas de comida rápida de todo el mundo se manifiestan hoy para defender su derecho a tener condiciones laborales dignas.
 
En Bruselas, los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D han unido fuerzas con sindicatos que incluyen a la FSESP (Federación Sindical Europea de Servicios Públicos) para pedir que la Unión Europea apoye unos salarios dignos e investigue la política salarial y los desembolsos fiscales bajos en este sector. Han apoyado la campaña #Fightfor15.

La eurodiputada alemana Jutta Steinruck, portavoz del Grupo S&D para Empleo y Asuntos Sociales, afirmó:
 
“Empresas como McDonalds figuran entre los mayores empleadores del mundo. Pero sus prácticas empresariales incluyen a menudo un alianza perversa de salarios muy bajos y pagos muy bajos de impuestos. El dumping social y las condiciones laborales precarias no se limitan al sector de la comida rápida: nosotros, como Grupo S&D, estamos luchando por empleos sostenibles en todas las áreas.
 
“La Unión Europea dispone de instrumentos para investigar malas conductas empresariales y pretende promover la responsabilidad social. Ya es hora de que la Comisión Europea los use”.


Nota para los editores:

En los Estados Unidos, los trabajadores del sector de la comida rápida están participando hoy en la mayor huelga de la industria, a la que se han sumado 200 ciudades. Protestan contra el hecho de que más de la mitad de los trabajadores de McDonalds no pueden vivir de sus salarios y siguen dependiendo de la ayuda pública para gastos básicos como comida o alquiler. 
 
En una reciente declaración, McDonalds anunció un pequeño aumento salarial para unos cuantos trabajadores de los establecimientos que controla directamente la sociedad de cartera; pero que no afectan al 90% de los empleados de los restaurantes gestionados por franquicias. Un informe del 2013 del Proyecto Nacional de Ley Laboral descubrió que los bajos salarios de McDonalds les cuestan a los contribuyentes más de mil millones de dólares anuales.