A petición de los Socialistas y Demócratas, el Parlamento Europeo debatirá esta noche la manipulación de investigaciones científicas por parte de multinacionales, después de las pruebas de emisiones que los fabricantes de coches alemanes han realizado en monos y personas.  

 

La vicepresidenta de Sostenibilidad del Grupo S&D, Kathleen Van Brempt, que también presidió la comisión parlamentaria de investigación sobre la medición de las emisiones en el sector del automóvil (EMIS), afirmó:

 

“Exponer a personas y a monos a gases tóxicos de diésel en un laboratorio nos lleva a un mínimo histórico. El hecho de que esas pruebas se hayan hecho en un laboratorio, con vehículos que están específicamente ajustados para ofrecer los mejores resultados en los ciclos de pruebas prescritos, manipula los resultados.

 

“La manera en la que la industria del automóvil se está comportando es muy similar a la forma en la que lo hizo previamente la industria del tabaco. Durante años, la industria del tabaco financiaba investigaciones que eran supuestamente independientes para refutar el impacto peligroso de los cigarrillos, con el objetivo de debilitar el trabajo de los legisladores y engañar a los consumidores. Volkswagen, BMW y Mercedes han utilizado el mismo modus operandi. Han financiado al Grupo Europeo de Investigación sobre el Medio Ambiente y la Salud en el Sector del Transporte (EUGT, por sus siglas en alemán), que es el llamado instituto independiente de investigación que encargó las polémicas pruebas.

 

“Mientras no castiguemos su mal comportamiento, como autoridades públicas, la industria del automóvil se irá de rositas. Mientras se mantenga al margen la aplicación estricta de todos los tipos de legislación, seguirán con sus negocios sucios.

 

“En Estados Unidos, el grupo Volkswagen destinó 20.000 millones de dólares a compensaciones y multas por medio millón de vehículos que estaban equipados con aparatos manipulados. En la Unión Europea vendieron 8,5 millones de coches manipulados, pero no han pagado ni multas ni compensaciones.

 

“Así, es ya momento de que la Comisión Europea y las autoridades nacionales de supervisión del mercado enseñen los dientes. Dejar a millones de coches fraudulentos en nuestras carreteras, más de dos años después del descubrimiento del Dieselgate, es sencillamente inaceptable. En nuestra economía y nuestra sociedad europeas, ninguna empresa privada, ningún sector industrial, independientemente de lo importante que sea, puede actuar y ser visto como si fuera intocable. Le pedimos a la Comisión Europea que haga lo que sea para acabar con esas prácticas que no son éticas”.

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