Los Estados miembros podrán prohibir pronto el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que no deseen tener en su territorio, después de la votación de hoy de una directiva de la Unión Europea más restrictiva.

Los Socialistas y Demócratas apoyan esta mejora, aunque lamentan que la norma legislativa que se ha revisado se fundamente en el mercado interior en lugar de hacerlo en el artículo del Tratado de Lisboa que se ocupa del medio ambiente. También les habría gustado que se incluyera la responsabilidad financiera de quienes contaminan cultivos tradicionales con cultivos genéticamente modificados a través de las fronteras nacionales. 

Matthias Groote, portavoz de Medio Ambiente, Seguridad Alimentaria y Salud Pública del S&D, afirmó:

“Según la encuesta Eurobarómetro sobre tecnología alimentaria, el 58% de los europeos piensa que los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) no son seguros para las generaciones futuras. Aunque haya intereses empresariales en juego, nuestras principales prioridades son la salud y la seguridad de los ciudadanos europeos,  así como la transparencia de la normativa. Por eso, tiene que aplicarse el principio de precaución. 

“Los Estados miembros y los consumidores pueden sentirse ahora seguros en relación con los OGM, ya que el acuerdo les dará a los Estados miembros la posibilidad de restringir o prohibir el cultivo de OGM en su territorio.

“Sin embargo, lamentamos que no exista un fondo que compense a los agricultores cuyos cultivos hayan sido contaminados.

“En los próximos meses, la Comisión revisará el proceso de autorización de los OGM. El mismo debería incluir tanto normas de importación a la Unión Europea como el cultivo en territorio europeo”.    

Gilles Pargneaux, eurodiputado del S&D responsable del informe, añadió:

“Fue una negociación muy dura, pero conseguimos garantizar la protección del consumidor y la seguridad de los agricultores. Los Estados miembros tienen que implementar medidas para evitar la contaminación de los cultivos tradicionales con OGM procedentes de los Estados miembros que sean vecinos. La Comisión se ha comprometido a evaluar medidas nacionales en relación con la compensación financiera a los agricultores en caso de contaminación accidental.

“La Comisión revisará y reforzará las normas sobre la evaluación de riesgos llevada a cabo por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) en un plazo de dos años. Las autorizaciones de OGM se concederán en base a evaluaciones científicas sólidas e independientes”.

“Los Estados miembros también podrán limitar o prohibir el cultivo de OGM en su territorio por motivos medioambientales, agrícolas o socioeconómicos. Además, tendrán derecho a cancelar una autorización que se haya concedido previamente por las mismas razones”.