No depender de las importaciones de proteaginosas de países terceros, la diversificación del sistema de suministro agrícola e incentivos como un apoyo voluntario vinculado a la producción para tener una agricultura europea que sea sostenible y una dieta sana; esos son los tres temas que han inspirado el informe Denanot –que acaba de ser aprobado por una inmensa mayoría en la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo– sobre una estrategia europea para promover las proteaginosas. El dosier completo, al que el Grupo S&D le concede una gran importancia, debe ser un pilar en la estrategia de la PAC (Política Agrícola Común) después de 2020, ya que está estrictamente vinculado a la seguridad alimentaria, por una parte, y a los desafíos medioambientales y climáticos, por otra.

El ponente del Grupo S&D, el eurodiputado Jean-Paul Denanot, afirmó:

“En la actualidad, la Unión Europea depende de países terceros para importar proteínas, especialmente la soja –que en su mayoría está genéticamente modificada–, en más del 90% de sus necesidades. Esta situación ya no es sostenible, ni en términos de seguridad alimentaria, ni ante los retos climáticos actuales y futuros. Nos hace falta definitivamente un plan estratégico para acelerar la transición hacia un sistema agrícola que sea más sostenible, reduciendo las emisiones vinculadas con la deforestación e impulsando la biodiversidad y la economía circular. Es especialmente urgente ante la actual situación geopolítica incierta donde China, que es el mayor importador de soja del mundo, está absorbiendo casi la cantidad total de la producción internacional.  

“Para reducir la dependencia de los suministradores externos, hay que enfocarse en la diversificación, invirtiendo –también con fondos adicionales para investigación– en los cultivos que se producen de una forma intensiva en la Unión Europea, como las leguminosas de grano (colza, girasol y soja) y las proteaginosas (guisantes, garbanzos, habas, altramuces, habas panosas). De hecho, las plantas fijadoras de nitrógeno permiten que los agricultores utilicen menos fertilizantes y presentan varios beneficios medioambientales y económicos cuando se integran en la rotación de los cultivos”.