Los plaguicidas, especialmente los utilizados en la agricultura, son actualmente objeto de examen por parte de la Unión Europea debido a sus efectos nocivos sobre el medio ambiente, en particular la pérdida de polinizadores y la degradación de los suelos, y a los riesgos asociados para la salud humana. La aprobación de hoy del nuevo Reglamento sobre los plaguicidas en la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, que introduce por primera vez objetivos de reducción vinculantes, es un paso en la buena dirección. Aportará incuestionables ventajas para el medio ambiente y la salud, beneficiando al mismo tiempo a los agricultores y agricultoras y la seguridad alimentaria.

A pesar de la fuerte oposición del conservador Partido Popular Europeo a esta necesaria reforma, los Socialistas y Demócratas han conseguido una mayoría progresista para lograr introducir en el nuevo Reglamento un objetivo vinculante de reducción del 50% para todos los plaguicidas y del 65% para los plaguicidas más peligrosos de aquí a 2030, en consonancia con la propuesta de la Comisión. También han mejorado la propuesta al garantizar que los agricultores y agricultoras dispongan de las herramientas necesarias para que sus prácticas avancen hacia alternativas ecológicas, al tiempo que mantienen su actividad económica.

Maria Arena, negociadora del Grupo S&D del Reglamento sobre los plaguicidas, ha declarado:

“La votación de hoy envía un mensaje muy positivo que beneficia tanto a la naturaleza como a los agricultores y agricultoras.

“El uso excesivo de plaguicidas mata a las abejas, deteriora nuestros suelos y hace que la gente enferme. Por ello, necesitamos una normativa rigurosa. Nuestro objetivo a lo largo de todo el proceso de negociación ha sido mantener un elevado nivel de ambición para proteger nuestra salud y nuestro medio ambiente frente a la exposición a los plaguicidas, proporcionando al mismo tiempo la flexibilidad y las herramientas necesarias para que los agricultores y agricultoras realicen la transición.

“Es fundamental establecer objetivos vinculantes tanto a escala de la Unión como nacional, ya que ofrecen los medios para garantizar que se cumpla el objetivo para el conjunto de la Unión. Estamos decididos/as a conseguir una reducción del 50% de los productos químicos de protección fitosanitaria de aquí a 2030 en toda la Unión, con una ambición todavía mayor en lo que respecta a los productos de protección fitosanitaria más peligrosos.

“Dado que los Estados miembros parten de puntos distintos, fijarán sus objetivos de reducción nacionales en entre el 15 y el 65% sobre la base de parámetros como su intensidad de uso de plaguicidas y los esfuerzos pasados.

“A fin de apoyar a los agricultores y agricultoras en la transición, hemos luchado por mejorar el acceso a las técnicas de control de plaguicidas, ya que se ha demostrado que, en el caso de algunos cultivos, los agricultores/as convencionales han conseguido reducir su utilización de plaguicidas en hasta un 80% aplicando la gestión integrada de plagas, sin una pérdida considerable de ingresos. También nos hemos asegurado de que tengan acceso a alternativas respetuosas con el medio ambiente: los denominados productos de control biológico”.

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