La Unión Europea está experimentando una revolución digital que repercute en nuestra vida cotidiana, política, social, económica y cultural. Como Socialistas y Demócratas europeos, acogemos con satisfacción las oportunidades que esta revolución brinda a todos los ciudadanos europeos y queremos abordar con decisión cualquier posible reto que se plantee. Los nuevos avances tecnológicos deben ayudar a reducir las desigualdades sociales y la discriminación, a crear puestos de trabajo y a promover la apertura, la equidad, la transparencia, la sostenibilidad y la rendición de cuentas en nuestra sociedad.

 

Internet permite una comunicación más abierta y un mejor acceso a la información, de modo que contribuye al crecimiento de una comunidad participativa mundial. Ya no es una mera plataforma técnica, sino el motor de la innovación social, cultural y tecnológica. La política digital y sobre internet debe actuar en beneficio de todos, aumentar la participación social y ciudadana y mejorar nuestra calidad de vida. Por este motivo, las políticas digitales de la UE han de ser objeto de minuciosas revisiones con el fin de que todos los europeos puedan sacar partido de la creciente economía digital. La capacidad de la Unión Europea para recuperarse de la crisis económica y su futura competitividad dependerán en gran medida de su capacidad para promover y aplicar una estrategia digital ambiciosa y liderar el desarrollo de los contenidos digitales.

 

Para la mayoría de los ciudadanos europeos, la utilización de esta forma de comunicación y el acceso a nuevas fuentes de información de dentro y fuera de Europa constituye ya una parte esencial de su vida cotidiana. Cambia nuestro modo de vivir, de aprender, de trabajar y de comunicarnos. Es importante reconocer sin duda la velocidad de la transformación digital y tecnológica, adquirir una mayor conciencia de los posibles riesgos asociados a la digitalización y garantizar que esta revolución redunde efectivamente en el interés de nuestros ciudadanos y de nuestra economía a fin de que todos podamos beneficiarnos de ella.

 

El Grupo S&D quiere asegurarse de que la digitalización sea un instrumento que cumple y respeta nuestros valores fundamentales y, en particular, la protección de la libertad, la justicia, el pluralismo, la accesibilidad y la solidaridad. Ha de tener lugar de manera que ayude a las comunidades a prosperar y fomente la dignidad humana, la autodeterminación, el Estado de Derecho, el derecho a la intimidad, la diversidad étnica y cultural, la libertad de expresión y la democracia.

 

Consideramos que Europa necesita una política digital equilibrada que garantice la observancia de los valores básicos. Dada la naturaleza modernizadora y potencialmente perturbadora de la digitalización, las políticas digitales tienen que formularse con vistas a alcanzar el pleno potencial de Europa y garantizar que todos los ciudadanos, y no solo los ricos y poderosos, puedan aprovechar la oportunidad digital. Las ventajas de la economía digital deben beneficiar al conjunto de todas nuestras comunidades tanto a escala europea como mundial. Tenemos que ayudar a las personas de nuestra sociedad que se encuentren en una situación más vulnerable y desfavorecida por carecer de una cultura digital, y ampliar el acceso a servicios públicos digitales en lugares alejados, asegurándonos de que los ciudadanos (incluidas las personas con discapacidad) que no puedan acceder a internet no se queden rezagados.

 

La digitalización constituye asimismo una herramienta que contribuye a alcanzar la sostenibilidad y el crecimiento sostenible. Las soluciones inteligentes de tecnologías de la información y la comunicación (en lo sucesivo, «TIC») conectarán a países, regiones, ciudades, comunidades rurales, empresas y ciudadanos de toda Europa para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos de una manera eficiente en el uso de los recursos. Dado que el carácter transversal de las políticas digitales y que inciden en numerosos ámbitos políticos, entre ellos el mercado único y la industria, nuestro Grupo pide a los responsables políticos, a los sindicatos, a los interlocutores sociales y culturales, a la sociedad civil y a los empresarios que colaboren para abordar los diferentes aspectos de la economía digital con arreglo a nuestra visión y nuestros valores socialdemócratas.

 

Es preciso que las políticas europeas reflejen las últimas innovaciones y se aseguren de sentar las bases para construir una sociedad digital integradora que funcione correctamente tanto dentro de Europa como en el resto del mundo.