Como reacción a los violentos sucesos vividos en Kazajstán a principios de este mes, el Grupo S&D apoyará hoy la Resolución del Parlamento Europeo que pide a la comunidad internacional que investigue los crímenes cometidos contra el pueblo de Kazajstán, incluyendo las desapariciones, los informaciones de tortura, las detenciones arbitrarias y los francotiradores que matan o hieren a manifestantes pacíficos. La Resolución también pide que la Unión Europea sancione a los funcionarios kazajos que sean responsables de las graves violaciones cometidas durante las protestas de enero.
Las manifestaciones antigubernamentales, que se desencadenaron por la subida del precio del combustible, se convirtieron en los peores disturbios que ha vivido Kazajistán en sus 30 años de independencia. Las informaciones oficiales y de los medios de comunicación indican que decenas de personas han muerto, miles han resultado heridas y unas 10.000 han sido detenidas.
Nacho Sánchez Amor, portavoz del Grupo S&D en materia de Derechos Humanos y negociador de la Resolución sobre Kazajstán, dijo:
“Con esta Resolución, el Parlamento Europeo envía un mensaje de solidaridad con el pueblo de Kazajstán. Con una situación económica crítica, que se ha visto agravada por la pandemia, el aumento de los precios, la corrupción y ante una situación nefasta de las libertades fundamentales, los ciudadanos salieron a la calle en las mayores manifestaciones de la historia del país.
“Condenamos la violencia ejercida por las autoridades a fin de reprimir a los manifestantes, incluido el llamamiento del presidente Tokaïev a disparar a matar a la gente en las calles sin previo aviso, así como la violencia de los grupos armados que aprovecharon las protestas para sembrar el caos. Lo que ha sucedido en estas dos semanas de protestas no puede pasar sin consecuencias. Han muerto más de 225 personas y ha habido más de 10.000 detenidos. Si las autoridades afirman que la violencia la han causado 20.000 terroristas, ¿por qué detienen a activistas de derechos humanos?
“Es muy difícil saber exactamente qué y por qué ha sucedido en un país tan opaco como Kazajistán. Por eso, hace falta una investigación independiente, posiblemente a cargo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, que permita esclarecer los hechos e identificar a los culpables.
“El Consejo de la Unión Europea debería, por su parte, imponer sanciones a los responsables de las graves violaciones de los derechos humanos. Mientras que la Delegación de la Unión Europea en Nur-Sultan debe comprometerse a apoyar a la sociedad civil kazaja”.
