Una Política Agrícola Común (PAC) verde con un corazón rojo. Los Socialistas y Demócratas han estado luchando con fuerza por ello. Tras negociaciones largas y difíciles, el plenario del Parlamento Europeo ha aprobado finalmente una reforma de la PAC, que debería haberse hecho hace mucho, y que la adaptará a los objetivos medioambientales de la Unión Europea reforzando la dimensión social. Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D pelearon por una reforma que fuera más ambiciosa, pero han conseguido un resultado positivo, tanto para el medio ambiente como para los agricultores, en duras negociaciones.  

Dado que nuestra política agrícola es claramente una de las palancas estratégicas de la resiliencia futura y la transformación ecológica de la Unión Europea, los agricultores y la protección medioambiental deben ir de la mano. 

Sin la implicación directa de los agricultores y las agricultoras de la Unión Europea en el esfuerzo de llegar a los objetivos que ha fijado la Comisión Europea en las estrategias De la Granja al Plato y Biodiversidad en el marco del Nuevo Pacto Verde, no podremos abordar las peticiones totalmente justificadas de un sistema de producción alimentaria que sea más sostenible, que sea un freno al declive de la biodiversidad y el cambio climático.  

Además, una PAC con un corazón rojo significa respetar los derechos sociales en todo el sector, sin que los intereses privados o los beneficios los debiliten nunca, así como un mayor papel de las mujeres y los jóvenes.  

Es esencial que la PAC siga siendo común a todos los Estados miembros, garantizando igualdad de condiciones en toda la Unión Europea. Debemos asegurarnos de que la flexibilidad no se convierta en una renacionalización de la política.

El portavoz del Grupo S&D en la comisión de Agricultura, Paolo De Castro, afirmó:

“La Política Agrícola Común de la Unión Europea necesitaba un cambio. Le hacía falta ser más sostenible y más progresista. 

“Por eso, nosotros, los Socialistas y Demócratas, hemos estado luchando por que se reabriera el dossier y avanzásemos de la propuesta inicial de la Comisión Europea hacia una nueva reforma global que sea capaz de salvaguardar la sostenibilidad social, económica y medioambiental del sector, estrictamente en línea con el Acuerdo de París, así como los objetivos que fijan el Pacto Verde y las estrategias De la Granja al Plato y Biodiversidad. Estamos orgullosos de haber tomado esta decisión valiente y de forjar compromisos fructíferos por el bien del conjunto del sector. Cuando los intereses particulares e ideológicos prevalecían frente al bien común, como en el tema de fijar el límite máximo, el Parlamento Europeo se vio obligado a apartarse de la propuesta inicial de la Comisión Europea, que era mucho menos progresista, social y sostenible: una derrota para todos y todas.

“En nuestro esfuerzo de dar forma a una PAC que sea más progresista, hemos estado insistiendo en un presupuesto mínimo mayor para los nuevos ecosistemas, principalmente en un conjunto de medidas que la volverán financieramente atractiva y enriquecedora de forma que los agricultores puedan facilitar bienes públicos, en términos de protección del clima, el medio ambiente y el bienestar animal.  

“Nos hemos asegurado de que las transferencias de los pagos directos (primer pilar) al desarrollo rural (segundo pilar) se destinen a medidas medioambientales y del clima. Los Estados miembros deben dedicar un mínimo del 30% de los pagos directos a ecosistemas. En el segundo pilar, el 35% de los fondos de desarrollo rural debe utilizarse en intervenciones que beneficien al medio ambiente y el clima. De esta forma, las transferencias de un pilar a otro están en un “canal verde” que garantizan que los fondos transferidos se usan con estos propósitos.  

“También estamos orgullosos de haber fijado un objetivo claro de condicionalidad social, de forma que una PAC más verde también pueda traer consigo mejores derechos sociales. Hay que evitar que los agricultores que no cumplan las normas sociales y laborales puedan acceder a los fondos europeos.

“El Parlamento Europeo ya ha hablado. Ya es hora de que la Comisión Europea muestre responsabilidad y presente medidas legislativas que puedan integrar y encuadrar la nueva PAC junto a los objetivos de las estrategias del Pacto Verde, De la Granja al Plato y Biodiversidad. Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D están listos para asumir estos desafíos que, sin embargo, no deben sustituir a la PAC, sino apoyarla, de forma que los 11 millones de agricultores y agricultoras europeos sean más resilientes frente a nuevas posibles crisis sanitarias y también más competitivos, guiándoles hacia el logro de objetivos comunes”.  

La portavoz del Grupo S&D en el Reglamento horizontal de la reforma de la PAC, la eurodiputada Pina Picierno, comentó:

“Después de años de duras negociaciones, hemos mejorado la propuesta inicial de la Comisión Europea, forjando un resultado valiente y ambicioso tanto para las agricultores como para el medio ambiente, y en la lucha contra el cambio climático.  

“En relación con el Reglamento horizontal, hemos enviado un mensaje claro: el Parlamento Europeo dice “no” a la renacionalización de la PAC. También hemos mitigado la excesiva flexibilidad que se les daba a los Estados miembros en la propuesta inicial, volviendo a un sistema de control y pago basado en el cumplimiento de las normas. Al mismo tiempo, también hemos mantenido una supervisión anual y bianual de los resultados, con condiciones más estrictas para los Estados miembros.

“Por lo tanto, se ha logrado un equilibrio justo entre la certidumbre de no crear disparidad y la competencia entre los agricultores europeos, mientras se mantiene el carácter común de esta política y el control sobre cómo se usan los fondos de la misma.  

“Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D también han podido presentar requisitos de condicionalidad social: penalizando y reduciendo los pagos directos a cualquiera que haya violado las normas nacionales de empleo, trabajo ilegal o trabajo agrícola. No podemos permitir que el dinero de los ciudadanos y las ciudadanas europeos se use para financiar a empresarios que no respeten la dignidad de los trabajadores”.  

Eurodiputados que participan
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