El Parlamento Europeo ha asumido la demanda firmada por cuatro millones de europeos y europeas para que se deje de retrasar o adelantar el reloj una hora cada seis meses. Hoy ha apoyado el informe elaborado por la eurodiputada del Grupo S&D Marita Ulvskog, que pide que ese cambio de hora estacional deje de hacerse a partir de 2021.

 

Marita Ulvskog afirmó:

 

“Hemos escuchado la petición de los ciudadanos y las ciudadanas de la Unión Europea que sienten que este cambio semestral de hora perjudica su salud. Los estudios han mostrado que no existe un ahorro significativo de energía cambiando o no la hora, con lo cual las preocupaciones por la salud de los niños, las personas mayores y los enfermos nos bastan para pedir que se suprima el cambio de hora.

 

“Dependerá de cada Estado miembro decidir qué horario prefieren mantener. La Unión Europea, en cualquier caso, no tiene competencia para decidir la hora elegida. Sin embargo, no podemos permitir que se cree una tela de retales horarios distintos en la Unión Europea, así es que esperamos que los Estados miembros coordinen su decisión.   

 

“Disponer de información y coordinación apropiadas será esencial, en concreto, en el caso de los transportes transfronterizos, de aviones a trenes. Hemos incluido un artículo según el cual la Comisión Europea podrá posponer la aplicación de la nueva Directiva en caso de falta de acuerdos apropiados que pudieran obstaculizar significativa y permanentemente el funcionamiento del mercado único o pudieran representar alguna amenaza. En ese escenario, la Comisión Europea puede posponer la fecha de aplicación un máximo de un año y presentar una nueva propuesta legislativa”.  

 

El portavoz de Transporte del Grupo S&D, el eurodiputado Ismail Ertug, afirmó:

 

“La Comisión Europea les preguntó a los ciudadanos y las ciudadanas qué pensaban del cambio estacional de hora y 4,6 millones de personas contestaron: el 84% dijo que preferían no tener que cambiar el reloj. Hasta el momento, el razonamiento era un ahorro energético; pero ese cambio también tiene efectos negativos sobre el rendimiento de los cultivos y el bienestar animal e interrumpe los biorritmos del ganado.

 

“También tiene un impacto negativo sobre la salud pública, siendo los niños y las personas mayores los más afectados. Por eso, hemos decidido escuchar a los ciudadanos y las ciudadanas y coordinar el fin del cambio de hora estacional”.  

 

 

Marita Ulvskog tendrá que negociar ahora un acuerdo final con el Consejo de la Unión Europea. De aceptarla el Consejo, su propuesta significaría que los países que adopten permanentemente el horario de verano cambiarían el reloj, por última vez, el último domingo de marzo de 2021 y los que escojan el horario de invierno harían lo mismo en octubre de 2021.