El Grupo S&D lidera las peticiones para que la Comisión Europea presente legislación, lo antes posible, que permita garantizar prácticas empresariales que sean sostenibles y responsables de todas las empresas de Europa, a lo largo de toda la cadena de suministro.

En un informe elaborado por la eurodiputada del Grupo S&D Lara Wolters, cuya votación tendrá lugar hoy mismo (el resultado se espera a las 19 horas), el Parlamento Europeo quiere que las empresas rindan cuentas con normas obligatorias de diligencia debida, volviéndose una obligación legal que permita identificar y abordar impactos adversos sobre los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, los derechos humanos y el medio ambiente. Las normas se aplican a todas las operaciones de las empresas fuera de la Unión Europea. Se aplicarían a cualquier empresa que quiera vender productos o servicios en el mercado interior, incluyendo las empresas que no sean de la Unión Europea.

La eurodiputada Lara Wolters, ponente del Parlamento Europeo sobre diligencia corporativa debida, afirmó:

“El Parlamento Europeo tiene esta semana la posibilidad de convertirse en líder en cuanto al comportamiento empresarial responsable. El status quo significa que las empresas que hacen lo correcto están en una desventaja competitiva. Eso está acabándose. Las empresas entienden plenamente que disponer de normas obligatorias es el único camino a la igualdad de condiciones y la certidumbre jurídica. También entienden que los consumidores y las consumidoras modernos tienen estándares altos y que hacer negocios en el siglo 21 significa hacerlos de manera responsable. Hemos elaborado normas ambiciosas que garanticen productos justos para los consumidores y las consumidoras, que mejoren las protecciones de los trabajadores y las trabajadoras, que mejoren el acceso a justicia de las víctimas y que den un paso importante hacia delante en relación con el medio ambiente. No esperamos otra cosa de las propuestas de la Comisión Europea, este mismo año, que el hecho de que den respuesta a las expectativas de los ciudadanos y las ciudadanas y que igualen las ambiciones del Parlamento Europeo”.

El eurodiputado Bernd Lange, presidente de la comisión de Comercio Internacional y ponente sobre diligencia debida de la comisión, afirmó:

“El comercio global abre nuevas oportunidades y genera empleo. Sin embargo, el comercio debe garantizar un trabajo de buena calidad, así como una globalización que sea sostenible y justa. Dado que el 70% del comercio global tiene lugar en las cadenas de suministro debemos enfocarnos en regularlas de forma sostenible. Los derechos fundamentales de los trabajadores y las trabajadoras y normas medioambientales como el Acuerdo sobre el Clima de París deben convertirse en referencias vinculantes a lo largo de toda la cadena de suministro de la actividad empresarial. Así como sucede con el deber de asistencia de las empresas europeas, debemos mirar los productos de los fabricantes que están fuera la Unión Europea y prohibir que aquellos productos que se fabriquen con trabajo forzado entren en el mercado europeo. Disponer de nuevas normas de diligencia debida de obligado cumplimiento es un camino seguro de cara a garantizar que el chocolate ya no tenga el sabor amargo del trabajo infantil”.

El eurodiputado Raphaël Glucksmann, ponente sobre diligencia debida de la comisión de Derechos Humanos, afirmó:

“Los ciudadanos y las ciudadanas europeos ya no aceptan ser cómplices de violaciones de los derechos humanos y de destrucción medioambiental cuando compran ropa o coches en la Unión Europea. No quieren que sus productos estén manchados de crímenes contra la humanidad en China o de deforestación y pérdidas de biodiversidad en África. Nuestro papel como representantes electos de la gente es proponer legislación que sea ambiciosa y pueda ejecutarse para abordar sus demandas. Es lo que estamos haciendo hoy: pondremos fin a la impunidad de las empresas que se benefician del trabajo infantil y del trabajo forzado a lo largo de sus cadenas globales de valor, sin pagar ningún precio ni responder por ello. Debemos instaurar normas y rendición de cuentas en todo el sistema de la globalización. Gracias al gran tamaño y a la potencia de su mercado y de sus empresas, la Unión Europea puede reformular normas y prácticas a nivel global. Es hora de utilizar esta capacidad”.

Eurodiputados que participan
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Los Países Bajos
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