El fin de semana pasado las autoridades de Azerbaiyán dispersaron violentamente las manifestaciones pacíficas que habían sido organizadas por el Consejo Nacional de Fuerzas Democráticas, que es una organización paraguas de partidos de la oposición y grupos de la sociedad civil que protestan contra la violencia de género. Decenas de participantes fueron detenidos, golpeados o maltratados de algún otro modo, incluyendo a Ali Kerimli, el líder del Frente Popular.
Kati Piri, vicepresidenta de Asuntos Exteriores del Grupo S&D, afirmó:
“Esta última represión violenta es una prueba más del flagrante desprecio del régimen de Aliyev a los derechos constitucionales de la libertad de expresión y reunión y los compromisos internacionales del país. A ello se suma el hecho de que la violencia se acompañó de una campaña de difamación contra la oposición y los activistas de la sociedad civil promovida por el Estado, incluyendo un ataque sin precedentes contra los diplomáticos de la Unión Europea que realizan sus labores profesionales.
“La represión de mujeres activistas que se reunieron pacíficamente para llamar la atención sobre la violencia de género, en particular, muestra la falsedad y la hipocresía del compromiso con la igualdad de género que profesa el Gobierno de Azerbaiyán”.
El coordinador de Asuntos Exteriores del Grupo S&D, Tonino Picula, añadió:
“Le pedimos a la alta representante Federica Mogherini y a la Comisión Europea que suspendan las negociaciones sobre el nuevo acuerdo entre la Unión Europea y Azerbaiyán hasta que el Gobierno de Azerbaiyán se comprometa a respetar plenamente los derechos fundamentales.
“Las autoridades de Azerbaiyán deben respetar finalmente la libertad de reunión, dejar de desmantelar a la sociedad civil y poner en libertad a los manifestantes pacíficos, a los activistas de los derechos humanos y a los presos políticos que siguen en prisión”.
