Hoy es un día histórico para lograr prácticas empresariales que sean responsables ya que la comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo ha aprobado normas de obligado cumplimiento sobre la normativa laboral y medioambiental y sobre los derechos humanos en la cadena de suministro del sector textil, usando como modelo la orientaciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) para la industria textil.

El informe que se ha aprobado hoy le pide a la Comisión Europea que presente un conjunto obligatorio de normas, para que todos los actores de la cadena de suministro de la industria textil respeten los derechos humanos y laborales de sus trabajadores. También añade que la Unión Europea debe liderar con su ejemplo y adquirir sus textiles de productores sostenibles y leales.

Los Socialistas y Demócratas están al frente de la lucha contra el trabajo que no es sostenible para evitar nuevas tragedias como la del colapso de la fábrica Rana Plaza en el 2013 en Bangladesh.
 
El eurodiputado del Grupo S&D Arne Lietz dijo:

“Las iniciativas nacionales como la Asociación Alemana de Textiles Sostenibles son una base buena e importante de una iniciativa europea. La Comisión Europea debe presentar una regulación a nivel de la Unión Europea porque el comercio no afecta solo a los mercados nacionales. La política comercial es una política europea”.
 
El eurodiputado del Grupo S&D y coordinador de desarrollo internacional, Norbert Neuser, dijo:

“La Unión Europea es un mercado significativo de los productos textiles y, por lo tanto, tiene una gran responsabilidad en relación con las condiciones de trabajo en países terceros. Necesitamos condiciones laborales dignas en base a las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”.

La eurodiputada del Grupo S&D y presidenta de la comisión de Desarrollo, Linda McAvan, dijo:

“El 24 de abril se conmemora el cuarto aniversario de la tragedia de la Rana Plaza, que nos recuerda que las cadenas mundiales de valor deben ser más sostenibles. El informe de hoy es un avance en la dirección correcta. Los trabajadores que fabrican nuestra ropa merecen saber que no están contribuyendo a la explotación humana en las zonas más pobres del mundo”.