1. La libre circulación de los ciudadanos y de los trabajadores es la base de la ciudadanía de la UE y uno de los pilares del éxito del mercado único europeo. La limitación de la libre circulación perjudicaría a los ciudadanos de la UE y los privaría de un derecho fundamental. La verdadera cuestión es acabar con la austeridad y las troikas y luchar por una política de crecimiento diferente y una política social distinta en Europa que fomenten la inversión, la cohesión y el empleo para todos los ciudadanos de todos los Estados miembros.
  2. La libre circulación de los ciudadanos y de los trabajadores no es la causa del dumping social. La movilidad laboral voluntaria resulta fundamental para la prosperidad económica de Europa. Lo inadmisible es que las empresas aumenten sus beneficios mediante la explotación de mano de obra barata a través de las fronteras en una UE que solo se enfrenta a la competitividad sobre la base de un coste laboral unitario, dando lugar al incremento del número de trabajadores pobres, así como a salarios inferiores y peores condiciones sociales para todos. Queremos luchar   por unas elevadas normas sociales y laborales para todos los trabajadores de la UE.      Queremos una revisión exhaustiva de la Directiva sobre el desplazamiento de los trabajadores a fin de garantizar que todos los trabajadores de la UE disfruten de plenos derechos y de condiciones dignas de vida y de trabajo. Queremos que exista «igualdad de retribución para un mismo trabajo en un mismo lugar de trabajo».
  3.  La libre circulación de los ciudadanos y de los trabajadores no es ni debe ser un   instrumento destinado al abuso de los regímenes de seguridad social ni de las prestaciones sociales. El acceso de los ciudadanos de la UE a la asistencia social no constituye un derecho ilimitado. El Derecho de la UE permite a los Gobiernos nacionales limitar el acceso a la seguridad social y a las prestaciones sociales de los demandantes de primer empleo y de los ciudadanos inactivos de la UE durante los tres primeros meses de residencia. Por tanto, los Gobiernos nacionales no deberían  solicitar la revisión de las disposiciones legislativas de la UE en materia de libre circulación. Los Estados miembros deberían hacer su trabajo y aplicar el Derecho de la UE de forma plena y correcta, así como aprobar leyes eficaces que permitan evitar los abusos.
  4.   La libre circulación en Europa es realmente libre si se trata de una elección y no de una opción forzosa debida a la pobreza. La migración debida a la pobreza representa un problema en la UE. Sin embargo, los problemas que debemos solucionar son las divergencias en el crecimiento y la pobreza, no la migración. Queremos que Europa se sitúe al frente de la batalla contra la pobreza y la exclusión y hemos luchado por conservar los fondos europeos dirigidos a tal fin, como el FSE, el FEDER y el Fondo de Ayuda Europea para los Más Necesitados. Ahora depende de los Gobiernos nacionales de los Estados miembros de origen y de acogida: deben hacer uso pleno y transparente de los fondos europeos disponibles con objeto de fomentar la integración, la inclusión social y la lucha contra la pobreza y ayudar a las comunidades a abordar cualquier aumento de las cifras de ciudadanos marginados, sean o no nacionales.