Está previsto que la Comisión Europea presente, finalmente, en otoño su estrategia europea de
cuidados, que tanto llevamos esperando. Anticipándose a esta Comunicación, los Socialistas y
Demócratas le piden a la Comisión Europea que sea lo más ambiciosa posible, de forma que esta
estrategia sea un primer paso sólido que siente las bases de un acuerdo europeo sobre cuidados que
abarque políticas, propuestas legislativas e inversiones públicas. Debemos garantizar el acceso
universal, equitativo y efectivo a los servicios integrados de cuidados y un apoyo de calidad a todas
las personas que lo necesiten, desde la primera infancia hasta la tercera edad, y finalmente debemos
reconocer y valorar los cuidados como un verdadero trabajo y la columna vertebral de nuestra
economía y sociedad. En particular, nos hace falta un nuevo marco jurídico de cara a crear puestos
de trabajo de calidad y mejorar las condiciones laborales, tanto de los cuidadores formales como de
los informales, que siguen siendo mayoritariamente mujeres. Debemos reconocer, reducir y
distribuir equitativamente los cuidados no remunerados y el trabajo doméstico entre hombres y
mujeres.
El Grupo S&D lamenta ver que algunos miembros conservadores del Parlamento Europeo han
votado hoy en contra del acceso universal a los servicios de cuidados o en contra de las inversiones
públicas para mejorar la situación en el sector de los cuidados, tanto de los proveedores de cuidados
que están remunerados como de los no remunerados, así como de quienes reciben cuidados. No
obstante, hemos conseguido un fuerte apoyo al texto progresista*.
Milan Brglez, eurodiputado del Grupo S&D y coponente del Parlamento Europeo sobre cuidados,
dijo:
“La pandemia de la Covid nos ha abierto los ojos: ¡el sector de los cuidados requiere apoyo e
inversión pública! Hoy en día, el trabajo de cuidados sigue estando infravalorado, mal pagado y
distribuido de forma desigual. Además, los cuidados informales no remunerados y las tareas
domésticas, que todavía se perciben principalmente como “un trabajo de mujeres” y no se
reconocen como “trabajo real”, perpetúan los estereotipos de género y las desigualdades existentes.
“¡Europa debe hacerlo mejor! Debemos corregir el enorme error que se cometió con los recortes en
el sector de los cuidados durante la crisis financiera. También hemos perdido la oportunidad de
lograr que la inversión en atención pública sea una parte obligatoria de los esfuerzos de
recuperación y resiliencia de la Unión Europea. Si no se invierte en cuidados públicos de calidad,
accesibles a todos y todas desde la primera infancia hasta la vejez, no será posible romper el círculo
vicioso de la dependencia de los cuidadores informales, que son predominantemente mujeres. Unos
servicios inadecuados e inasequibles obligan a las mujeres a volver a trabajar en la esfera doméstica,
a la dependencia económica y a la exclusión social.
“Es hora de reconocer que el cuidado de los demás no es sólo la noble expresión de la solidaridad
intergeneracional. También es un sector productivo, pero lo más importante es que se trata de un
derecho básico y de un bien público que requiere apoyo e inversión. La aplicación de este derecho
depende fundamentalmente de que se disponga de suficiente personal que esté bien formado, que
esté adecuadamente remunerado y valorado, y que tenga condiciones de trabajo dignas, así como
que se preste un apoyo apropiado a las cuidadoras y los cuidadores informales.
“La Comisión Europea cuenta con nosotros como un fuerte aliado a la hora de desarrollar la acción
legislativa, los programas y la inversión a nivel de la Unión Europea, lo cual allanará el camino en la
transición a una economía del cuidado que sea transformadora en relación con el género y que reconozca los cuidados como un derecho y los valore como la columna vertebral de nuestra
sociedad”.
La eurodiputada del Grupo S&D y negociadora sobre cuidados en la comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, Maria-Manuel Leitão-Marques, añadió:
“Todas nosotras y nosotros, al menos una vez en nuestra vida, cuidaremos o seremos cuidados por
alguien. Es hora de que reconozcamos que el trabajo de los cuidados es fundamental para el
bienestar de la sociedad en la que vivimos. Es bien sabido que las mujeres realizan la gran parte de
las tareas de cuidado, y suelen hacerlo como trabajadoras informales. Se calcula que las mujeres
dedican, por término medio, 3,2 veces más horas que los hombres a tareas de cuidado no
remuneradas, como el cuidado de los hijos/as. Como resultado, en la Unión Europea, alrededor de
7,7 millones de mujeres están fuera del mercado laboral a causa de responsabilidades de cuidado,
en comparación con 450.000 hombres, solamente.
“Nuestro reto es cómo cambiar este paradigma, que también es cultural. Hay que empezar por la
educación, mostrándoles a los chicos que el cuidado de los demás no es sólo cosa de mujeres.
También debemos valorar el trabajo de cuidados, lo cual debe significar que hay una remuneración
justa. El Estatuto del cuidador informal de Portugal puede servir de ejemplo. Garantiza una
prestación de apoyo, horas de descanso y acceso a formación. Todos y todas nos beneficiaremos si
invertimos en un mejor sector asistencial europeo”.
*Nota para los redactores/as:
Las prioridades que los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D han logrado incluir en el
informe que se ha votado hoy, antes de la presentación de la Comunicación de la Comisión Europea
sobre cuidados, incluyen:
- una estrategia europea ambiciosa en materia de asistencia que permita lograr un acuerdo sólido
europeo sobre cuidados;
- un acceso universal e igualitario a servicios de atención de calidad desde la primera infancia hasta. la tercera edad;
- una oferta real de servicios de asistencia que responda a las necesidades individuales de las
personas que reciben cuidados y apoyo, y de sus familias;
- un marco jurídicos que promueva empleos de calidad y condiciones laborales dignas para las
cuidadoras y los cuidadores, tanto formales como informales;
- la reducción y distribución equitativa de los cuidados no remunerados y de las tareas domésticas
entre hombres y mujeres.
