El Parlamento Europeo ha votado una resolución sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM), coliderada por el Grupo S&D, en respuesta a la recomendación de la Comisión al Consejo.

Los antimicrobianos, entre los que se incluyen los antibióticos, los antivirales, los antifúngicos y los antiparasitarios, son medicamentos utilizados para prevenir y tratar infecciones en seres humanos, animales y plantas. Si se utilizan en exceso, generan una resistencia, lo que hace que las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos dejen de responder a los medicamentos. Esto conlleva que las infecciones sean más difíciles de tratar, así como un mayor riesgo de transmisión de la enfermedad, enfermedad grave y muerte.

La RAM provoca más de 1,3 millones de muertes al año en todo el mundo, y 35.000 muertes solo en la Unión Europea; unas cifras en rápido crecimiento. La Organización Mundial de la Salud la reconoce como una de las 10 principales amenazas mundiales para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Por consiguiente, la Unión Europea debe tomar medidas para evitar el uso excesivo de antimicrobianos, así como los residuos farmacéuticos en el medio ambiente, ya que ambos factores contribuyen a la proliferación de la resistencia a los antimicrobianos.

Tiemo Wölken, eurodiputado del Grupo S&D y co-negociador del Parlamento Europeo sobre el dosier en la Subcomisión de Salud Pública, ha declarado:

“Hoy, el Parlamento Europeo envía un firme mensaje a los Estados miembros para que sean más ambiciosos en su lucha contra la resistencia a los antimicrobianos y mantengan el nivel de ambición establecido en la recomendación de la Comisión, con unos objetivos nacionales ambiciosos y una adecuada aplicación.

La resistencia a los antimicrobianos solo podrá afrontarse si aplicamos el concepto «Una sola salud» y una mejor coordinación a nivel de la UE y mundial. Para detener la creciente resistencia a los antimicrobianos, debemos examinar con atención el uso que se da actualmente a los antimicrobianos y plantearnos restringir su uso, especialmente en el sector agrícola. Ya no tiene justificación utilizar determinados medicamentos de último recurso para la producción de alimentos. Si los antibióticos no se utilizan con prudencia, no lograremos prevenir la RAM, lo que tendría nefastas consecuencias. Por tanto, la UE necesita una lista más exhaustiva de antibióticos exclusivamente reservados para uso humano. Cualquier otra vía supondría jugar con fuego y con las vidas humanas.

La prevención de los residuos farmacéuticos en el medio ambiente resulta fundamental, ya que estos contribuyen a la proliferación de la resistencia a los antimicrobianos. Tenemos que aplicar medidas eficaces de prevención y control de infecciones. No obstante, debemos centrarnos principalmente en reforzar las medidas de prevención, como la educación y la formación sobre el uso prudente de los antibióticos, que a menudo se pasan por alto.

La investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos debe recibir más apoyo, en particular a través de inversiones en tratamientos alternativos como productos bacteriófagos y otras contramedidas médicas, como el aumento del uso de herramientas de diagnóstico rápido”.

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