La humanidad debe unirnos contra el miedo, la violencia y la guerra. Y en Trapani sucede. En Trapani, trabajan día y noche con el corazón. Aquí, la gente habla entre sí. Un sentido de participación y responsabilidad por el bienestar de los migrantes que llegan es la norma general, y no la excepción. Los puntos de acceso pueden funcionar; no se trata solo de otra invención de Bruselas. ¡Y Trapani lo confirma! Con el procesamiento del 99,8% de las solicitudes, la gente que llega a nuestras costas tiene la oportunidad de llevar una vida normal. Pero nuestro enfoque debe centrarse en esos niños que llegan sin padres. ¡Debemos modificar la legislación europea para reconocerles directamente como refugiados y respetar plenamente su derecho a la educación!

¡Felicidades por su excelente trabajo al prefecto Leopoldo Falco y al comisario Francesco Palermo Patera!