El etiquetado de los aparatos electrónicos domésticos permite que los consumidores tomen decisiones informadas cuando compran nuevos productos y les permite reducir su huella de carbono mientras ahorran dinero en sus facturas energéticas. Sin embargo, el sistema actual se ha vuelto demasiado complicado. Hoy, los Socialistas y Demócratas de la comisión de Energía del Parlamento Europeo han apoyado una propuesta para simplificar el sistema de etiquetado y facilitarles a los consumidores que puedan encontrar los productos energéticamente más eficientes en el mercado.
La portavoz de este tema en el Grupo S&D, la eurodiputada Martina Werner, dijo:
“En la actualidad, hay un exceso de aparatos de las clases A+++, A++, A+ de eficiencia energética que algunas veces significa que un aparato con una clasificación A+ es, en realidad, peor que el que ofrece un resultado peor en el mercado. Es el caso, por ejemplo, de las lavadoras. Hoy hemos pedido que se vuelva a las etiquetas energéticas de la escala A-G para que el consumidor pueda entenderlas más fácilmente y sea un instrumento que promueva los aparatos electrónicos más eficientes.
“También hemos propuesto enmiendas a la propuesta inicial de la Comisión Europea para garantizar que las pruebas reflejan su utilización en la vida real. No queremos que estas pruebas se hagan en laboratorios y entonces darnos cuenta de que el consumo energético real es mucho mayor, como sucedió con el escándalo “Dieselgate” que afectaba a las emisiones reales de los vehículos”.
