El Consejo debe ponerse serio en relación a las nuevas fórmulas para financiar el presupuesto de la Unión Europea

Después de una conferencia de dos días sobre cómo financiar mejor la Unión Europea, el Grupo S&D ha reiterado su apoyo a la reforma de cómo se financia el presupuesto de la Unión Europea, de forma que menos fondos procedan de los presupuestos nacionales y haya más fondos propios reales que procedan directamente de la Unión Europea. El Grupo S&D está a la espera de que el grupo de alto nivel sobre los recursos propios (de la Unión Europea) presente sus propuestas en diciembre, y le pide al Consejo que deje de bloquear los intentos de reforma.

Isabelle Thomas, vicepresidenta del Grupo S&D, dijo:

“Nos hace falta encontrar una forma mejor de financiar el presupuesto de la Unión Europea. Según el modelo actual, la amplia mayoría, del 80 al 85%, de la financiación procede directamente de los presupuestos nacionales de los Estados miembros. Ello lleva a una lucha anual con cada país que intenta reducir su contribución, mientras también se le pide a la Unión Europea que haga más respecto a la inversión, la migración, la seguridad, la juventud, el paro y la competitividad con los recursos de que dispone. No es una forma sostenible de gestionar una importante economía internacional.

“A pesar de las deficiencias obvias del modelo actual, el Consejo de la Unión Europea ha bloqueado en reiteradas ocasiones los intentos de cambiarlo. No debemos permitir que esto continúe. El Consejo debe tomarse con seriedad las propuestas del grupo de alto nivel sobre los recursos propios (de la Unión Europea) cuando se presenten en diciembre. Queremos que estén alineadas con los objetivos actuales del Parlamento Europeo como la lucha contra la evasión fiscal/elusión fiscal, la reducción de los riesgos de la especulación financiera o abordar los temas medioambientales.

“Recaudar fondos con estas nuevas medidas beneficiaría a todos, ya que serían flujos de ingresos más consistentes para la Unión Europea y reduciría la cantidad con la que los Estados miembros deben contribuir. En concreto, el impuesto sobre las transacciones financieras o el impuesto sobre las empresas multinacionales nos permitirían recaudar más fondos, mientras también ayudamos a refrenar las prácticas financieras peligrosas que están erosionando la confianza de los ciudadanos de Europa”.