A fin de mantener su influencia a nivel mundial, la UE quiere actuar con independencia en las cuestiones clave, colaborando a su vez con sus socios cuando sea posible. Esto exige una utilización eficaz y sostenible de los activos estratégicos, que hará que la UE sea menos dependiente de otros países.
Una Europa más fuerte que utilice y aumente sus recursos para mejorar la defensa de sus intereses en la escena mundial. Esto es por lo que luchamos: la capacidad de actuar de forma autónoma cuando necesario, y con nuestros socios siempre que sea posible, en todos los asuntos de importancia estratégica.
La autonomía estratégica abierta es el concepto que puede ayudarnos a alcanzar este objetivo, promoviendo la colaboración y la coordinación entre las distintas políticas de la UE. Entonces, ¿de qué trata la autonomía estratégica abierta?
Para una explicación más detallada sobre este asunto, consulte nuestro documento de posición aquí
La autonomía estratégica abierta es un concepto que aspira a mejorar la autosuficiencia y la independencia de Europa en ámbitos fundamentales, al tiempo que se mantiene abierta al comercio y a la cooperación a escala mundial. El objetivo es que Europa esté más unida y sea más firme y fuerte, anteponiendo los intereses y los valores de su ciudadanía.
La UE se ha enfrentado a varios retos en los últimos años, entre otros, las crisis económicas y financieras, la pandemia de COVID-19, el cambio climático y los cambios geopolíticos. Para afrontarlos, Europa necesita maximizar sus recursos y centrarse en el desarrollo de sectores estratégicos como la energía, la industria, las infraestructuras y la educación. Invertir en energías renovables, nuevas tecnologías, infraestructuras sostenibles y educación ayudará a Europa a superar los retos, mantenerse competitiva, crear oportunidades de empleo y velar por que la ciudadanía tenga las competencias necesarias para prosperar en la economía moderna.
Una Unión más fuerte, más resiliente y más unida debe desempeñar un papel activo en la construcción de un mundo de paz duradera basado en la cooperación internacional, el desarrollo sostenible, la prosperidad justa e inclusiva, la justicia social y los derechos humanos para todos y todas. Europa debe seguir luchando contra la pobreza, las injusticias y las desigualdades en todo el mundo, así como contra aquellos que socavan los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQI+. Mediante la creación de sinergias entre las políticas externas e internas, Europa podrá lograr la autonomía estratégica abierta.
Para que la UE sea un actor creíble e influyente en el ámbito internacional, tiene que hablar con una sola voz. Esto conlleva desarrollar una política exterior unificada que promueva los valores, intereses y prioridades de la UE. Asimismo, la UE necesita reforzar el mercado interior mediante la aplicación de una política industrial que produzca recursos esenciales dentro de la UE. Este enfoque garantizará que Europa se mantenga autosuficiente y menos vulnerable a las perturbaciones externas.
La cohesión social y unos estados de bienestar fuertes con políticas sociales sólidas son imprescindibles para la estabilidad y la prosperidad de Europa. La inversión en políticas sociales que apoyen la sanidad, la educación y la protección social podrá mejorar la resiliencia de la UE, permitiéndole dar una mejor respuesta a crisis como la pandemia de COVID-19.
El respeto de la democracia, el Estado de derecho, la justicia social, los derechos humanos y las libertades fundamentales a nivel interno también resulta vital para la credibilidad de la UE a nivel externo. Estos valores constituyen la esencia de la identidad de la UE y deben protegerse y promoverse tanto dentro de la UE como a escala mundial. Al defender estos valores, la UE puede servir de ejemplo para otros países y reforzar su influencia en el ámbito internacional.
- Debemos adoptar un enfoque único en nuestro trato con los países no pertenecientes a la Unión, para que podamos hacer un mejor uso de nuestros instrumentos de política exterior y crear otros nuevos. Asimismo, tenemos que realizar una mayor inversión en nuestra industria de defensa.
- Nuestra política comercial debería promover un comercio justo y sostenible y proteger al mismo tiempo a los trabajadores y trabajadoras. Tenemos que asegurarnos de que sea coherente con el resto de nuestra acción exterior. En tanto que economía abierta, la prosperidad de la UE está estrechamente ligada a la economía mundial. En aras de un comercio justo y sostenible, debemos priorizar el bienestar de los trabajadores y trabajadoras y concentrar en ellos nuestros esfuerzos.
- Tenemos que resolver las dependencias estratégicas de la Unión con la ayuda del Pacto Verde Europeo y el camino hacia la neutralidad climática de aquí a 2050, a más tardar. Necesitamos reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles extranjeros y recurrir en su lugar a las energías renovables. Esto nos hará más resilientes a las perturbaciones externas y ofrecerá una energía limpia y asequible para todos/as.
- Tenemos que convertirnos en líderes mundiales en materia tecnológica y establecer normas exigentes en cuanto a regulación digital. Asimismo, debemos fortalecer nuestra ciberseguridad y promover el alfabetismo digital de nuestra ciudadanía.
- Tenemos que recuperar la producción esencial e invertir en soluciones de transporte sostenible. También deberíamos aumentar nuestra cuota de mercado mundial en el sector de los semiconductores y respaldar la producción alimentaria local y regional.
- Deberíamos hacer del euro una moneda internacional más fuerte, mediante la realización de la unión bancaria y la unión de los mercados de capitales. También necesitamos crear un presupuesto permanente para el apoyo a las crisis y la realización de inversiones estratégicas.
