En el debate plenario sobre Afganistán, los Socialistas y Demócratas han lamentado la toma violenta del país por parte de los talibanes y han expresado su gran preocupación por la catástrofe humanitaria que se está produciendo.
Sus preocupaciones se reflejarán en la Resolución que el Parlamento Europeo aprobará el jueves. El Grupo S&D pide que se busquen con urgencia corredores seguros que permitan continuar con las evacuaciones bajo los auspicios de ACNUR (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados). También piden a los Estados miembros y a la Comisión Europea que trabajen en una política de asilo que sea humana para aquellos que huyen de Afganistán, incluyendo visas humanitarias y compromisos de reasentamiento nuevos y específicos. La Unión Europea tiene la responsabilidad moral de recibir e integrar a los refugiados y las refugiadas en cumplimiento de la Convención de Ginebra y no debe externalizar su política migratoria.
La prioridad absoluta también debe ser colaborar con los donantes internacionales a fin de establecer canales de distribución de la ayuda humanitaria. También pedimos que se adjunte una cláusula fuerte sobre derechos humanos, y en particular en relación con los derechos de las mujeres, a la ayuda financiera de la Unión Europea para el país en un esfuerzo por proteger lo que han conseguido las mujeres afganas en los últimos 20 años.
Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D apoyan al alto representante y vicepresidente de la Comisión Europea para que Afganistán sea un momento decisivo en el debate sobre la autonomía estratégica europea.
Pedro Marques, eurodiputado del Grupo S&D y vicepresidente de Política Exterior, dijo:
“20 años después del 11 de septiembre de 2001, hemos abandonado Afganistán y cometimos otra serie de errores, como ha sucedido también a lo largo de estos años. Ahora, temiendo por los afganos, especialmente por las mujeres, lo mínimo que podemos hacer es prometer que haremos todo lo que esté en nuestra mano para que no se convierta en una historia de desesperación para todas y todos. ¡Tenemos que darles algo de esperanza! Por lo tanto, debemos empezar a crear las condiciones para facilitar nuevamente ayuda humanitaria segura en Afganistán, así como para el desarrollo y la igualdad de derechos.
“Al mismo tiempo, debemos reflexionar sobre los muchos errores que se han cometido en los últimos 20 años y acerca del egoísmo de muchas autoridades y partidos políticos europeos que no muestran solidaridad con los refugiados y las refugiadas que abandonan el país con desesperación.
“Europa debe ser un lugar de oportunidades, un refugio seguro para la dignidad, los derechos humanos y el derecho internacional. Europa no puede convertirse cada vez más en un lugar de fronteras cerradas y corazones fríos. Se lo debemos a los afganos y las afganas ahora, pero nos lo debemos también a nosotros mismos y al resto del mundo”.
Elena Yoncheva, eurodiputada y negociadora del Grupo S&D para la Resolución, añadió:
“Después de generaciones viviendo en conflicto, Afganistán se encuentra ahora bajo una terrible nube de miedo y represión, especialmente para las mujeres y las niñas. Hay muchas lecciones que aprender, muchos desafíos a los que hacer frente.
“Debemos reanudar la presencia diplomática de la Unión Europea sobre el terreno lo antes posible, a fin de garantizar nuestra propia fuente de información. Ello nos ayudará a vigilar abusos de los derechos humanos y reforzará nuestros esfuerzos de cara a evitar que Afganistán se convierta en la base de todo tipo de organizaciones terroristas internacionales. También debemos abordar la producción de opio y su comercialización, que es la principal fuente de ingresos de los talibanes.
“Pero, sobre todo, debemos asegurarnos de que el regreso de los talibanes no llevará a otra catástrofe humanitaria. No debemos repetir los errores que se cometieron en Siria y Libia. Hacen falta corredores humanitarios, visas humanitarias, reasentamiento y que nuestros sistemas de asilo estén listos. ¡Necesitamos solidaridad! El Consejo de la Unión Europea debe dejar de redactar declaraciones vergonzosas que subcontratan los problemas a terceros países y a los Estados miembros que están en primera línea y, en cambio, trabajar conjuntamente, como una Unión Europea basada en valores compartidos y solidaridad”.
