África ha sido, y seguirá siendo, una prioridad de los Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo. Creemos que África es un socio igual en esfuerzos, aspiraciones y sueños en la lucha contra la desigualdad, con lo cual nuestras acciones deben reflejar esa realidad. La pandemia global de la COVID-19 ha ampliado el azote de la desigualdad en África. La desigualdad y su resolución, agravadas por los viejos desafíos de la pobreza extrema, el hambre y el paro, son nuestro foco principal de preocupación.
Seguimos subrayando que hace falta reforzar más la asociación entre África y la Unión Europea como parte de la solución de estos desafíos. Se están poniendo a prueba nuevas cotas en las relaciones entre África y la Unión Europea, ahora más que nunca. Hace falta trabajar con urgencia, conjuntamente, para abordar la pandemia global y sus efectos. El sentido de la Nueva Asociación se basa, en parte, en la capacidad de pasar esta prueba.
La economía africana está perdiendo miles de millones de dólares en los sectores del transporte y el turismo debido a las restricciones de viaje; las pequeñas empresas se están ahogando debido a la falta de disponibilidad de ingresos a un nivel en el que la mayoría es incapaz de alimentarse a sí misma; las empresas privadas están, en general, debilitadas y cientos de millones de personas han perdido sus empleos. La recaudación fiscal ha afectado a las prestaciones de la mayor parte de los gobiernos, que son incapaces de facilitar bienes públicos, servicios y redes de seguridad a los grupos vulnerables, en el escenario de una agenda social que sea flexible, especialmente en el sector sanitario de la lucha contra la pandemia.
Agravan esta situación los viejos desafíos sin respuesta, incluyendo la obligación de dar respuesta a la cuestión de la población en África, que se espera que alcance los 2.500 millones de personas antes de 2050, y que será predominantemente joven. Esos desafíos magnifican las complejidades en torno a la gestión de la migración, abordando la desigualdad y la creación de empleos dignos. La asociación entre África y la Unión Europea debe ir más allá de responsabilidades y titularidades comunes y tiene que abordar las debilidades que ha mostrado la pandemia global, abrazando la necesidad de inclusión, principalmente garantizando la plena contribución y participación de África en las cadenas globales de valor.
Nosotros y nosotras, los Socialistas y Demócratas, luchamos por un desarrollo sostenible y un crecimiento económico de inclusión que no deje a ningún niño o niña, mujer u hombre atrás. Queremos que Europa, junto a nuestros socios africanos, se enfoque cada vez más en una cooperación política que se centre en las personas, abordando las desigualdades. Creemos que así se responderá a los desafíos de pobreza extrema y paro y ello contribuirá a que África sea un lugar mejor y más sostenible para sus habitantes. En nuestro trabajo diario en el Parlamento Europeo, luchamos para reducir las desigualdades sociales, por una buena gobernanza mejorada y promoviendo la diplomacia del clima, el crecimiento económico sostenible y el respeto de los derechos humanos. Creemos que el éxito de esta renovada asociación entre el África y la Unión Europea puede ser clave de cara a encontrar soluciones a los desafíos globales comunes. No hay tiempo que perder.
Una asociación más madura y contemporánea entre África y la Unión Europea puede ayudarnos a abordar los desafíos comunes que afrontamos. Juntos podemos reforzar la democracia y los derechos humanos e impulsar un desarrollo humano y económico que sea sostenible en nuestras sociedades.
La buena coordinación de las políticas exteriores de la Unión Europea es esencial si queremos sacar el máximo partido a las oportunidades globales que se nos presentan y ser un actor responsable en la escena internacional.