La crisis económica y de salud mundial y europea provocada por el virus COVID-19 ha puesto de manifiesto los límites y contradicciones de nuestras sociedades y nuestros sistemas socioeconómicos y ha acentuado las desigualdades existentes. Como ya hemos visto en crisis anteriores, las mujeres son las más vulnerables y, al mismo tiempo, son indispensables para el mantenimiento de la vida pública y los servicios esenciales y para la recuperación. Son las más afectadas, en el momento y a largo plazo.