Los eurodiputados y las eurodiputadas del Grupo S&D han pedido hoy que se reequilibre cómo se financia la Unión Europea: que haya menos dinero procedente de presupuestos nacionales y más de recursos propios de la Unión Europea.
La petición se ha realizado durante un debate de alto nivel sobre la reforma del presupuesto de la Unión Europea, con el ex primer ministro italiano y líder de un grupo de alto nivel sobre recursos propios (de la Unión Europea), Mario Monti, y el viceprimer ministro búlgaro, Ivailo Kalfin. 

Isabelle Thomas, vicepresidenta del Grupo S&D, dijo:

“La forma en la que financiamos el presupuesto de la Unión Europea es cada vez menos factible. En la actualidad, cerca del 80-85% de la financiación procede de los presupuestos nacionales de los Estados miembros. Los gobiernos nacionales consideran que son contribuciones voluntarias y discuten sobre las cantidades exactas cada año. No solo es un proceso largo, también lleva a una situación en la que los Estados miembros reducen su propia contribución al presupuesto de la Unión Europea, mientras que al mismo tiempo piden más financiación. Es un modelo insostenible. Para que la Unión Europa funcione, sus instituciones democráticas debe tener fuentes de ingresos más claras y transparentes. 

“Se ha creado un grupo de trabajo de alto nivel liderado por Mario Monti para proponer nuevos recursos que sean más democráticos y responsables que el sistema actual. Incrementar la proporción del presupuesto de la Unión Europea que se obtiene de recursos propios no solo aumentarían la transparencia, sino que también permitiría que se ahorrase dinero de los gobiernos y los ciudadanos de la Unión Europea. Estamos estudiando diversas posibilidades para que haya verdaderos recursos propios nuevos. Creemos que cualquier nueva medida debe complementar los objetivos actuales del Parlamento Europeo, como la lucha contra la evasión/elusión fiscal, reducir los riesgos de especulación financiera, o abordar asuntos medioambientales. 

“Obtener dichos ingresos sería más eficiente a nivel europeo, ya que evitaría el dumping fiscal. Por ejemplo, un impuesto a las corporaciones multinacionales o un impuesto a las transacciones financieras no solo ayudaría a frenar la evasión fiscal o la especulación financiera que sea peligrosa, también podría ofrecer una nueva fuente de ingresos al presupuesto de la Unión Europea. Ello podría contrarrestarse con reducciones proporcionales de las contribuciones de los Estados miembros, creando una situación en la que todos ganasen, tanto los ciudadanos como la Unión Europea en su conjunto”.