"Por fin la política exterior juega un papel relevante en las políticas de migración y refugio. Debemos asegurarnos de que las desarrollamos de acuerdo a nuestros principios y valores".

Durante la presentación de su informe de iniciativa La gestión de los flujos de migrantes y refugiados: el papel de la acción exterior de la Unión, Elena Valenciano ha calificado de “bochornosa” la incapacidad de la UE y de “patético” el nivel de cumplimiento de los compromisos de reubicación de refugiados desde Italia y Grecia, en torno al 15% de lo prometido, lo que es “una vergüenza para Europa”.
 
“No es una crisis de refugiados, es una crisis de solidaridad europea”, ha recalcado la vicepresidenta del Grupo Socialista tras afirmar que "pretendemos exigir a otros países, con mucha menos capacidad, que se hagan cargo de una situación que nosotros, a juzgar por los hechos, no estamos dispuestos a asumir".
 
En su intervención en el pleno de Estrasburgo, ha preguntado a la Comisión a qué está esperando para reaccionar y hacer uso de los poderes que le otorgan los Tratados, porque “los 60.000 seres humanos que, tan sólo en Grecia, se consumen sin esperanza, sin salida en un limbo cruel, no pueden permitirse esperar”.

“¿Por qué incumplir los compromisos europeos en relación a lo humanitario no tiene consecuencias como las que tiene incumplir reglas macroeconómicas y fiscales?”, ha planteado Valenciano, llegando a proponer que los países insolidarios sean objeto de un procedimiento de infracción.
 
La co-ponente del informe ha señalado como máximo responsable al Consejo, “a nuestros gobiernos nacionales, cuya actuación ha sido en su mayoría cicatera, miope, cortoplacista, egoísta e impropia de los valores que decimos defender”.

Entre las propuestas que se recogen en su informe para hacer frente a esta realidad, destaca superar el enfoque centrado exclusivamente en la seguridad y cambiar la narrativa. “Los demócratas debemos dar esta batalla, sin complejos frente a una extrema derecha en auge, para impedir que el fenómeno migratorio se considere una amenaza y que los derechos y la dignidad de las personas -sean refugiados, demandantes de asilo o migrantes- queden relegados a un segundo plano”.
 
Asimismo, la portavoz socialista ha subrayado que la UE no debe transferir su responsabilidad a terceros países, ni tampoco utilizar su política de cooperación para chantajearlos, como elemento de presión para conseguir su colaboración en materias migratorias.
 
“Si de verdad queremos acabar con el negocio de traficantes y reducir el sufrimiento de quienes nada tienen que perder excepto la vida, necesitamos abrir vías seguras y legales -incluidos los tan necesarios visados humanitarios- que les den otra opción que no sea embarcarse en una travesía suicida por el Mediterráneo”.
 
Por último, la vicepresidenta del Grupo Socialista ha reclamado el papel predominante que debe tener el Parlamento Europeo en el diseño de las  acciones que la Unión está desarrollando y en las consecuencias presupuestarias que implica, y se ha mostrado satisfecha de que por fin la política exterior juegue un papel relevante en las políticas de migración y refugio, hasta ahora dominadas por los ministros del Interior.